Susan Hughes, experta en psicología evolutiva y profesora del Albright College de Pensilvania, realizó junto a su colega Marissa A. Harrison un estudio sobre las variaciones de la voz en los individuos y su influencia en la infidelidad.
Las investigadoras utilizaron una base de datos que contenía audios de personas contando del 1 al 10. Para garantizar que las voces fueran lo más parecidas posibles, grabaron a individuos blancos, heterosexuales, solteros y en relaciones sentimentales. Luego crearon dos versiones de cada audio, uno tenía el tono más grave que el otro.
Los audios fueron reproducidos ante un grupo de personas que tenían una importante misión, calificar las voces de 1 a 10. El número 1 significaba que no era probable que el hablante estuviera engañando a su pareja y el 10 que era muy probable que sostuviera otras relaciones a escondidas.
Los resultados del experimento fueron asombrosos, los auditores lograron identificar correctamente a los infieles, aún cuando el tono del audio fue modificado. Según lo arrojó el estudio, "los varones tienden a mostrar menos claridad en su discurso y muestran patrones fonéticos indicativos de la masculinidad que, a su vez, podría estar asociada con la amenaza de la infidelidad", asimismo, los hombres que participaron en la prueba calificaron las voces femeninas más agudas como las más propensas a cometer una infidelidad.
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De acuerdo a la experta en psicología, algunos rasgos de la personalidad podrían señalar una mayor probabilidad de ser infiel. "Los extrovertidos muestran una mayor variación en la frecuencia, mayor calidad de voz y menos pausas silenciosas y la alta extroversión predice una gran infidelidad", afirmó Hughes.
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