Desgarrador relato de Valentina Lizcano: "necesitaba darle comida a mi hijo"

Valentina Lizcano, destacada actriz colombiana y generadora de contenido con gran reconocimiento, volvió a ser noticia gracias a sus declaraciones en el podcast 'Almas Inspiradoras'. En este espacio, abrió su corazón para hablar de los momentos más complejos que ha enfrentado y que marcaron profundamente su vida.

Durante la conversación, Lizcano recordó sus inicios en la actuación y reveló uno de los periodos más retadores de su vida: una dura crisis económica que enfrentó tras una separación. Según contó, entre los 20 y los 26 años experimentó un cambio de mentalidad que la llevó a viajar a la India.
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Al regresar, consiguió participar en una importante producción, y poco después, con la ayuda de su colega Katherine Porto, abrió su cuenta de Instagram, donde comenzó a compartir contenido sobre su rutina diaria y su estilo de vida saludable.

Sin embargo, tras su separación del padre de su hijo Salvador, quien apenas tenía un año, Valentina regresó a su ciudad completamente sola, enfrentando serias dificultades económicas. Sin ingresos fijos ni oportunidades laborales en producciones, decidió contactar a marcas con las que había trabajado previamente, las mismas que en el pasado le enviaban regalos y a las que había impulsado.

Les ofreció sesiones de fotos promocionales por bajo precio, un esfuerzo desesperado para cubrir sus gastos y garantizar la alimentación de su hijo.

“Yo decía que lo dejaba a un millón de pesos, que lo necesitaba para darle comida a mi hijo. Ese momento de la separación fue muy duro porque salen cosas, y el papá de Salvador tenía más recursos y una mejor posición. Había la posibilidad de que me lo quitaran”, confesó.

En medio de su lucha, Valentina optó por llegar a un acuerdo con el padre de Salvador: compartían la custodia alternando semanas. Pero esto solo intensificó su preocupación, ya que durante las semanas en las que estaba sola, no comía y restringía sus gastos al máximo para asegurarse de que su hijo tuviera lo necesario: "Yo cada semana tenía que pensar en que a la siguiente llegaba mi niño y cómo lo iba a alimentar”.
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Una de las experiencias que más la marcó fue el rechazo de una marca con la que había colaborado anteriormente. Aunque les pidió apoyo en su momento más vulnerable, la empresa se negó a trabajar con ella. Días después, vio con tristeza cómo lanzaban una campaña publicitaria con una reconocida modelo, lo que la dejó completamente devastada.