Esta particular historia comenzó cuando Xiao He, un niño de 13 años, residente de Dongguan, China, decidió introducir en su cuerpo un cable eléctrico de 70 centímetros de largo con el fin de descubrir de dónde proviene la orina. Su experimento presentó graves complicaciones, pues debido a las contracciones musculares, le fue imposible retirar el objeto.
Durante un periodo de tres meses, el cable permaneció en la vejiga del pequeño, y esto además de dolor, le causó otros problemas como hematuria, es decir, que su orina tenía rastros de sangre. Xiao He tuvo que someterse a una cirugía para retirar el cuerpo extraño que le estaba generando molestias en su cuerpo.
De acuerdo con el médico que realizó el inusual procedimiento, el cable estaba recubierto de cristales que fueron producidos por la orina y perdieron su color original. El niño tuvo mucha suerte en esta ocasión, pues según el profesional, si el objeto hubiera sido retirado tiempo después, habría generado graves daños en su organismo.
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Luego de la operación, Xiao He se ha recuperado satisfactoriamente y, seguro, lo pensará dos veces antes de poner a prueba su creatividad y experimentar con su cuerpo para resolver aquellas dudas que lo inquietan.
A 13-year-old boy from Dongguan, South China's Guangdong Province, had to undergo surgery to remove a 70-centimeter-long electric wire he inserted into his urethra after becoming curious about where urine came from. https://t.co/WXKcI07DA0 pic.twitter.com/uV2jshvWQG
— Global Times (@globaltimesnews) November 3, 2020
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