Una guarnición de yuca, ají y guarapo acompañaban a una porción de carne que casi no cabía en el plato. Desde los tiempos de los abuelos —nonos, como dicen los bumangueses— la carne en todas sus presentaciones se ha destacado con orgullo como un escudo gastronómico de la región. El cabrito al horno y la carne oreada son dos tareas que todo turista debe anotar al principio de su lista.
Bajo un clima perfecto, chivos —que se comen hasta a las culebras—, búfalos y ovejas pastan en el mismo lugar creando así campos perfectos para las reses de la región. No en vano tienen su propia raza bovina, el ganado chino santandereano. Y es que hasta la proteína que traen sus famosas hormigas culonas, tiene una sazón fantástica.
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'La Ciudad Bonita', como también es conocida Bucaramanga, es famosa por las hamburguesas de primera calidad gracias a su carne y a la extensa y creativa variedad, que hasta con arepa santandereana se sirven. Los bumangueses son campeones a nivel nacional en hamburguesa.
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Un matrimonio bendecido se consagra entre sal y dulce, bajo cobijas de yuca que parecen mantequilla, nace el chorizo con melao, uno de los platos únicos de la región que verdaderamente sorprende a los comensales. El melao sale de la alta producción de panela en la región, que también consumen con ganas las famosas reses chino santandereanas.
Si se habla de postre, la piña perolera, la panela, las panuchas, la cuajada con melao y el café se llevan el show. En Bucaramanga tratan al buen café como si fuera un vino. Si bien no tiene en volumen lo que produce el Eje Cafetero, Café Hacienda Casablanca tiene el premio a la mejor copa, calificando su calidad como una de las mejores de Colombia.
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Un buen café no necesita azúcar, y uno malo no se la merece.
En Café Hacienda Casa Blanca, las cáscaras del café —que normalmente son residuo— se están aprovechando para hacer infusiones, muy apetecidas en Asia. Esta y más cosas son de aprendizaje en un recorrido abierto en su hacienda disponible para los turistas.
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Y si se busca algo más exótico, puedes llegar a la comuna 14, en el barrio Albania, y por la cuadra 28 comerse una papa rellena y tomarse una limonada en bolsa mientras escucha en viento de chacalón a 'Richi Oviedo y La Popular Style'. 'Un fa mayor' para la ciudad de Bucaramanga, donde muchachos de barrios populares a través del arte buscan construir con sus notas un mejor país.
Los bumangueses optaron por moler lo mejor de su región y ponerlo en una arepa: yuca, chicharrón, maíz y hasta hormigas culonas. El plato más sencillo, pero más importante a la vez es la arepa santandereana, apetecida en todo el país, sin dejar por fuera al mute, que no es cualquier cosa.
Zanahoria, yuca, cebolla larga, mazorca, cilantro, callo, arveja, espinaca, garbanzo, carne de res, frijol verde, ajo, papa criolla, papa pastusa, carne de cerdo, pasta corta, ahuyama, pata de res, entre otros. Para que un mute sea considerado un verdadero mute santandereano debe tener como mínimo 18 ingredientes
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Bucaramanga recorrido desde el paladar es como el lema de su hermoso Teatro Santander: 'real y maravilloso'. Para cerrar este recorrido gastronómico con tenedor de oro, debes saber que la única regla de etiqueta que exigen sus anfitriones es no dejar nada en el plato.