La vida de Ian Trainer cambió el 17 de diciembre de 2019, cuando uno de sus vecinos le reportó a las autoridades un caso de contaminación acústica en Aintree, Merseyside, lugar donde residía este jubilado. Como resultado, el hombre recibió una orden de restricción que le impedía escuchar música o producir sonidos que superaran los 65 decibelios.
El hombre hizo caso omiso ante las recomendaciones de la policía y continuó infringiendo las normas, cuestión que lo llevó a ser encarcelado a inicios del 2020, por un corto periodo de tiempo, gracias a una sentencia dictada en febrero. Al quedar en libertad volvió a cometer el mismo delito y fue enviado a prisión nuevamente.
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De acuerdo con el diario Daily Mail , Trainer se había defendido el año pasado ante un oficial argumentando que ponía música a niveles altos porque lo disfrutaba, además aseguró que en aquel entonces había padecido un fuerte resfriado que le impedía escuchar por un oído y no podía usar articulares, ya que tomaba esteroides por cuestiones médicas y esta práctica podría causarle una irritación.
Sus declaraciones no fueron suficientes para ganar el pleito y tuvo que someterse a la justicia por no bajar el volumen de su radio. Permaneció bajo la custodia de las autoridades hasta hace poco, pues el 23 de noviembre el ministerio de justicia confirmó su muerte.
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