Serrano empieza a hacerse cada vez más adicto a las drogas y poco a poco va perdiendo la compostura en su trabajo, lo que podría poner en riesgo los planes de Alias J.J. Más tarde, el capo le solicita a su abogado parar los negocios ilícitos para que se pueda concentrar de lleno en el juicio del asesinato de Bernardo Solozábal, en el que está siendo acusado.
Un mes más tarde, durante la audiencia el abogado intenta persuadir al juez con falsos argumentos para que J.J. sea declarado inocente de ese delito y quede como la víctima del caso, lo que indigna profundamente a Ana María Solozábal, la periodista que aún busca justicia.
Después de escuchar los alegatos de ambas partes, el despacho no encuentra pruebas suficientes que relacionen a Alias J.J. con el asesinato de Bernardo Solozábal y el capo es declarado inocente de los cargos que se le imputan.
Sin embargo, las cosas se complican para Jhon Jairo en prisión, pues tras los desmanes que han ocurrido en la Cárcel Capital, el gobierno decidió tomar medidas drásticas y, con ayuda de Estados Unidos, implantan un nuevo régimen al interior del plantel, con un nuevo director que se encargará de hacerle la vida imposible a J.J. para hacerle pagar por sus crímenes.
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