Llega el día de la audiencia de imputación de cargos contra J.J., acusado por los delitos de tráfico de armas y de drogas, y aunque intenta hacer creer que él es inocente, las pruebas presentadas apuntan a que ya no le queda más salida que acatar la decisión de las autoridades.
Su abogada intenta pedir anulación de las pruebas, señalando que se tratan de interceptaciones ilegales que ‘violaron la privacidad’ de su defendido, pero ya nada funciona ante la Fiscalía y la jueza lo declara culpable, perdiendo así todos los beneficios obtenidos en los meses que han pasado desde su presidio, sumándole a su condena veinte años más de reclusión intramural en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos.
J.J queda en shock y aunque busca hacer negocios con Galeno y comprar a un guardia para que lo ayude a escapar, todos le dan la espalda y se da cuenta que la soledad será la que lo acompañe los próximos años de su vida. Ante esta situación, Popeye intenta ahorcarse ya que siempre ha dicho que prefiere una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos. Sin embargo, no le funciona y termina tirado en el piso de su celda.
Entre tanto, en Miami Serrano le propone un negocio a Edgar, el enviado del ‘Señor de los aires’, de entregarle toda la droga que sería para Alicia a cambio de que le ayude con un operativo para sacar a J.J. de la cárcel y evitar su extradición.
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Cindy, por su parte acepta trabajar con la DEA como informante y revela lo que sabe sobre el negocio de narcotráfico en México. Por esto, el detective Dixon propone que se le dé un beneficio a J.J. si les ayuda a dar con el paradero de este hombre. No obstante, llega el día de su extradición y él pierde toda esperanza.