Cuando parece que todo toma un orden en la vida de Jhon Jairo, al recuperar el negocio que tenía con los mexicanos para cumplir con su trato de entregar al ‘Señor de los aires’ a las autoridades, Ana María pone en descubierto varios hechos que los medios se han encargado de ocultar por órdenes de altos mandos del país.
La periodista pone en entredicho la veracidad de los organismos de justicia y cuestiona el hecho de que J.J. continúe prófugo de la justicia haciendo de las suyas. Cuando el fiscal lee la publicación que hizo Solozábal, le ordena al agente Dixon suspender todo tipo de operación y trato con Popeye.
Aunque le cuesta, Dixon le informa a J.J. lo ocurrido y lo pone en alerta para que no vaya a ser capturado nuevamente, así que les tiende una trampa a las autoridades colombianas mientras él regresa a Estados Unidos.
J.J. se cansa de la intromisión de Ana María, así que ordena callarla por lo que Serrano le paga a un periodista para que haga falsas denuncias y acusaciones a través de la radio, lo cual llega a oídos de ella, dejándola totalmente vulnerable. Aunque su amigo y colega, Tito, le insiste en que siga adelante no se sabe qué decisión tomará. Más tarde, unos hombres aparecen en su casa y se la llevan silenciosamente.
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