La mamá de Irene siempre fue muy exigente con su hija. La puso a trabajar desde chiquita en el puesto de la plaza porque así le tocó a ella y Magola cree firmemente que la única manera de vivir es trabajando duro y sacrificándose toda la vida. Tal vez por eso parece una contradicción que se haya casado con Salvador, un guitarrista y compositor. Magola odia la música porque siente que le arrebató a Salvador. Magola era una mujer sensible y agradable, pero haber sufrido tantos años por las borracheras de Salvador le ha ido endureciendo el carácter. Hoy en día se manda sola, maneja su puesto de frutas de la mano de Irene, se gana sus centavos, y no tiene ningún problema en decirle a la gente en su cara lo que piensa. Todos en la plaza dicen que Irene heredó de ella el carácter fuerte que las identifica en la plaza de mercado.
Actualizado: enero 03, 2020 02:22 p. m.