Los niños suelen dormir de 7 a 8 horas sin interrupción, pero al día siguiente están cansados y continúan con sueño. Lo que muchos padres no saben es que puede haber algo en su cuarto que los esté afectando.
Se trata de las alergias a microorganismos que están alojadas en peluches, humidificadores y tendidos de cama que no son hipoalergénicos.
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