El tiempo ha pasado y todos los sueños que Arelys tuvo se han hecho realidad: está casada con Wilfredo, es madre de dos adolescentes, vive en una hermosa casa, es dueña de su propia productora y sigue enamorando a la gente con su talento y su inigualable voz.
Lamentablemente, el destino decide jugarle una mala pasada. Movida por su generosidad y por el compromiso que ha hecho de ayudar a todas las mujeres, comete un terrible error de cálculos y ayuda a quien no merece ser ayudado. Esto desencadena la desgracia y hace que todo aquello que con tanto esfuerzo levantó, se venga al suelo: Wilfredo va a la cárcel, Arelys pierde la productora, su casa, su música y, junto a sus hijos, sus hermanos y su madre, y mientras busca la manera de ayudar a su marido, se ve obligada a empezar de nuevo.