Ismael es un hombre de negocios bastante ocupado, por lo que Armida tiene que ser insistente a la hora de decirle que piensa renunciar para empezar su negocio de la academia de champeta. Sin embargo, al parecer lo toma en un mal momento y él sufre un infarto en plena conversación.
Armida siente miedo de que sea ella la que le haya causado este mal, pero todo se trató de no seguir las indicaciones de su médico. Mientras duerme, sus hijos hablan de lo mucho que lo quieren ver muerto para disfrutar de la herencia multimillonaria.