Dicen que la vanidad debería ser otro de los pecados. También caerás decidió incluirla en la lista para hacer caer al actor.
A Pallares le hicieron creer que asiste a una sesión fotográfica para una revista, pero en realidad termina siendo víctima de una broma en la que el set se incendia por culpa de un mentalista que inicia el fuego con sus poderes.
En medio de angustia y desespero el actor intenta salir bien librado, pero la producción es tan bien lograda que el personaje no se da ni por enterado de la broma bastante tiempo después.