‘El amor después del amor’, el icónico álbum de Fito Páez que ha trascendido fronteras y generaciones, es un símbolo de esperanza y renovación. Más que una simple composición musical, se ha convertido en un himno generacional que nos recuerda la inquebrantable fuerza del amor. Con 30 años de historia a sus espaldas, sus 14 canciones han dejado una huella profunda en miles de jóvenes latinoamericanos.
Para celebrar este aniversario tan significativo, el músico rosarino está de gira con 'El amor 30 años después del amor '; el tour de homenaje al disco más vendido de la historia del rock en español. Después de dos presentaciones con boletería agotada en Medellín, la noche del sábado 20 de mayo fue el turno para Bogotá, donde tuvimos el privilegio de presenciar esta mágica experiencia en su primera fecha. El Movistar Arena se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la música y los seguidores de Fito Páez, quienes esperaban ansiosos este momento tan especial.
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30 años de melodías eternas: la magia de 'El Amor Después del Amor'
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En medio de una atmósfera cargada de emoción, el concierto comenzó con un derroche de energía y pasión. A las 8:22 p.m., el escenario se iluminó de rojo y Páez cautivó a la multitud desde el primer acorde, pues decidió empezar nada más y nada menos que con la canción que le da nombre a este álbum, desatando así la euforia entre los asistentes.
El argentino optó por cantar en orden las 14 canciones del disco lanzado en 1992. ‘El amor después del amor’ se convirtió en un hilo conductor que unía a las almas presentes, recordándoles que siempre hay una oportunidad para amar y ser amado, incluso en los momentos más difíciles. El mensaje positivo del álbum hizo eco en cada rincón del lugar, transmitiendo una sensación de esperanza y unidad.
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Fito Páez, con su inconfundible voz y su talento innato nos deleitó con canciones como ‘Dos días en la vida’, ‘La Verónica’, ‘Tráfico por Katmandú’ y ‘Pétalo de sal’, solo por nombrar algunas. ‘La rueda mágica’, fue una de las melodías que más corearon los asistentes, un clásico grabado originalmente con otro grande del rock argentino: Charly García. El venue capitalino se iluminó con las luces de los celulares de los fanáticos cuando el rosarino junto a sus nueve músicos interpretaron ‘Brillante sobre el mic’, una canción bastante emotiva y personal inspirada en Fabiana Cantilo, expareja del artista.
Finalmente, Fito Páez culminó esta primera parte de su presentación con un clásico inolvidable: 'A rodar mi vida'. Esta pieza, considerada una de las más significativas de su carrera, es una enérgica y apasionada búsqueda de identidad que a través de sus letras nos invita a perseguir nuestros sueños.
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Un viaje a la nostalgia y al legado musical de Fito Páez
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Después de cautivar al público con la interpretación completa de su icónico disco que lo consagró como uno de los principales referentes del rock en Latinoamérica, Fito Páez se retiró del escenario mientras una cuenta regresiva anunciaba un merecido descanso de 10 minutos para todos los asistentes. Cuando el contador llegó a cero, el artista regresó con un nuevo cambio de vestuario, listo para deleitar a la audiencia con otros clásicos de su extensa carrera y que son una parte esencial de su legado musical.
Cada canción, cuidadosamente seleccionada, evocaba recuerdos y emociones en el público. Los éxitos elegidos fueron ‘Naturaleza sangre’, ‘11 y 6’ y ‘Circo beat’. Durante más de dos horas de concierto, el músico estuvo acompañado de un impecable trabajo de mapping que ambientaba las sensaciones que generaban sus canciones, pero el punto más álgido de este recurso fue sin duda cuando Fito Páez interpretó ‘Ciudad de pobres corazones’, un tema que el artista escribió tras el asesinato de sus abuelas en 1986.
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El músico argentino cautivó al público al cerrar su actuación con tres canciones emblemáticas. En primer lugar, 'Dar es dar', una poderosa reflexión sobre el amor desinteresado y la entrega sincera. Luego, llegó el momento de 'Mariposa tecknicolor', uno de los mayores éxitos del artista, que resonó como una enérgica metáfora de la libertad y la búsqueda de la autenticidad.
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El momento más emotivo del espectáculo fue, sin lugar a duda, la despedida con el icónico tema 'Y darle alegría a mi corazón', una invitación a vivir la vida con optimismo que Páez grabó con Luis Alberto Spinetta en 1990. Los asistentes se unieron en un poderoso coro a capela, logrando así un instante mágico que demostró cómo la música puede unir a todos en una misma melodía de esperanza y alegría.
El concierto en Bogotá fue mucho más que un simple homenaje a un álbum histórico. Fue un tributo a la capacidad de la música para trascender barreras y conectar a las personas en un nivel profundo. Con cada nota y cada palabra, Fito Páez demostró las razones por las que es considerado uno de los grandes músicos de nuestra época. Su pasión y entrega en el escenario demostraron que ‘El amor después del amor’ seguirá siendo relevante e inspirador por muchos años más.
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En definitiva, una noche mágica donde Bogotá se convirtió en testigo de una celebración que nos recordó que el amor y la esperanza son fuerzas poderosas que pueden transformar nuestras vidas.
Hola mi amada Bogota! Cuánto te extrañé!
— Fito Paez (@FitoPaezMusica) May 20, 2023
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