En el frenesí de un festival, la música se convierte en latido colectivo, un rugido de almas que, al unísono, se elevan más allá del tiempo y el cuerpo. La primera jornada del Festival Estéreo Picnic
2025 en el Parque Simón Bolívar fue un testimonio de esta magia, un torbellino de sonidos y emociones que comenzó muy temprano y que duró más de 12 horas. Fue puro goce y un desfile de energía y arte que convirtió cada presentación en un rito inolvidable.
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Esta “fiesta” inició el 27 de marzo a las 2:45 p.m. y se extendió hasta bien entrada la madrugada. La diversidad musical fue la gran protagonista, con leyendas de la industria, talentos emergentes y artistas que han enloquecido a multitudes.
La jornada arrancó con MIEL, una experiencia inmersiva que fusionó sonidos electrónicos con una puesta en escena hipnótica. El dúo ecuatoriano llevó a los asistentes a un viaje sensorial con su característico estilo "LatinTouch", combinando ritmos vibrantes y atmósferas envolventes. Uno de los momentos más especiales del show fue la introducción de una nueva canción interpretada con La Máquina Camaleón. Con una energía arrolladora y una propuesta visual cautivadora, sumaron unos cuantos fans para sus próximos trabajos musicales.
En el escenario Adidas, Mayra Sánchez, una caleña talentosísima que fusiona el R&B con un soul bogotano influenciado por ritmos cubanos y brasileros, atrapó la atención del público y los dejó con ganas de verla por más minutos.
A las 5 de la tarde, Armenia, banda liderada por Juan Antonio Toro, encendió los parlantes con fuerza y se tomó un momento para lanzar una arenga por la situación social del país: “Por los muertos, los desaparecidos. Colombia necesita la paz”. Su show incluyó un cover de ‘Paranoid’ de Black Sabbath y una emotiva versión de ‘Sin medir distancia’ de Diomedes Díaz, luego contaron con la compañía de Laura Pérez, quien sumó una magia especial a la presentación.
Acto seguido llegó Jaten Collin Dimsdale, Teddy Swims, quien se apoderó del escenario Adidas desde las 6:45 p. m., justo cuando el atardecer comenzaba a desvanecerse. Como si su música dialogara con el cielo, la noche cayó lentamente, envolviendo al público en una atmósfera mágica y cálida. Su show fue un torbellino de emociones, con su inconfundible voz rasposa que tiene el poder de atravesar el alma, transmitir dolor y pasión en cada verso y tocar fibras profundas. Canta con el corazón en la mano, y en cada nota se siente el dolor, la nostalgia y la emoción de un amor que late desbordado en el pecho. Su interpretación no solo se escucha, sino que se siente, como un golpe directo al alma.
Apareció en el escenario con una camiseta de Benson Boone, un overol negro, joyas llamativas y gafas cafés, pero el detalle que realmente se robó las miradas fue su sombrero café, donde llevaba grabada la frase “T. S IN COLOMBIA”, con los colores de la bandera bordados, un gesto que el público recibió con ovaciones.
Durante la hora que estuvo sobre el escenario, el estadounidense, nominado a los Premios Grammy 2025
, logró estremecer a los asistentes con un repertorio que combinó lo mejor de su disco ‘I’ve Tried Everything But Therapy’ y algunas colaboraciones. En un momento especial, cedió el protagonismo a sus coristas y juntos interpretaron tres temas que hicieron vibrar a la audiencia.
Pero, sin duda, la locura se desató con ‘Lose Control’ y ‘The Door’, la canción con la que cerró su show y también un pacto con el público colombiano. Muchos llegaron a verlo solo por un éxito viral, pero se marcharon con el corazón en la garganta, completamente rendidos ante su talento.
Benson Boone llegó al escenario principal con un enérgico “¡Hola, Colombia!”, luciendo un traje verde marino de lentejuelas que brillaba bajo las luces. Su show fue propio de un rockstar: saltos acrobáticos, una interacción constante con el público y un despliegue de carisma que lo hicieron destacar. Su guitarrista llevó la bandera de Colombia en su instrumento, y todos sus músicos usaban prendas a juego con su vestuario. Con apenas 22 años, dejó claro que está en camino a convertirse en una leyenda.
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Una de las sorpresas de la noche fue la aparición de Teddy Swims y Benson Boone en el AORA Club Cabaret, donde juntos y con La Ramona interpretaron una versión especial de ‘Lose Control’, un momento único que quedó grabado en la memoria de los asistentes.
Foster The People hizo vibrar al festival con su indie pop electrizante. La banda estadounidense, que nació en 2009, demostró que sigue tan vigente como siempre. El punto más álgido fue, sin duda, ‘Pumped Up Kicks’, desatando una oleada de euforia colectiva.
Tate McRae, en el escenario principal, brilló de inicio a fin con un corset y short con los colores de la bandera de Colombia. Es toda una princesa del pop, evocando a Britney Spears con su sensualidad, voz rasgada y entrega absoluta. Recordó que empezó a escribir canciones a los 13 años y que ‘You Broke Me First’, la canción que la catapultó a la fama, la compuso a los 16. Su show confirmó que tiene todo para conquistar la industria y cerrar la noche con ‘Greedy’ fue la cereza del pastel.
Alanis Morissette era una de las artistas más esperadas de la jornada y no decepcionó. Su música, que ha sido banda sonora de varias generaciones, resonó con fuerza con clásicos como ‘You Oughta Know’, ‘Ironic’ y ‘Head Over Feet’. Una presentación que quedó marcada en el corazón del festival. Uno de los momentos más especiales fue cuando recordó a Taylor Hawkins, fallecido baterista de Foo Fighters y cuya partida todavía se siente y agobia.
Shawn Mendes fue otro de los más esperados y no escatimó en gestos de cariño hacia Colombia. En ‘Do I Ever Cross Your Mind’ bajó del escenario, corrió entre el público con un sombrero vueltiao y la bandera en sus hombros. Habló mucho en español y regaló un recorrido por sus mejores éxitos, con momentos íntimos a guitarra y otros llenos de energía con ‘Treat You Better’, ‘Lost in Japan’ y ‘There’s Nothing Holding Me Back’.
Finalmente, a las 2 de la madrugada, Zedd se tomó el escenario Adidas con un set explosivo. A pesar del cansancio de la jornada, el público bailó sin descanso. Sorprendió al tocar la batería, un talento que pocos conocían,pero que él tiene desde 12 años, y cerró su show con ‘Clarity’, un himno que, a pesar de haber sido lanzado en 2013, sigue sonando tan fresco como el primer día.
Los amantes de ‘Un Mundo Distinto’ están listos para vivir una verdadera comunión en los tres días que faltan: Cuando la última nota se desvaneció en el aire y los latidos aún resonaban en los cuerpos agotados, quedó claro que esto era solo el principio. Porque en este universo donde la música es el idioma común y la pasión el único requisito de entrada, cada acorde es un llamado, cada verso una promesa. Aún quedan tres días de euforia, de magia, de comunión entre desconocidos que se convierten en familia por el amor a un ‘Mundo Distinto’. La historia del FEP 2025 apenas comienza, y su siguiente capítulo promete ser aún más inolvidable.