Festival Cordillera 2024: Himnos en español retumbaron e hicieron latir corazones

Una vez más, el Festival Cordillera cumplió con su cometido: entregar una verdadera fiesta de sonidos latinoamericanos. Y como en toda fiesta y reunión entre amigos se vivieron todo tipo de emociones, se ‘azotó baldosa’, se crearon recuerdos especiales, se escucharon diversos géneros musicales, las lágrimas rozaron los ojos y las mejillas mientras las gargantas se desgarraban al escuchar himnos musicales en nuestro idioma y por supuesto, se cumplieron sueños.

Los asistentes a este encuentro en el Parque Simón Bolívar este 15 de septiembre de 2024, en Bogotá, ya conocían a la perfección la ruta que debían seguir en los escenarios Cordillera, Aconcagua, Cotopaxi y Cocuy. En estos espacios se confirmó la magia de la música en vivo, las voces se unieron en un mismo coro y los corazones se llenaron al escuchar las canciones que fueron la banda sonora de miles y que expresan lo que muchas veces no podemos decir con solo palabras.
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La segunda jornada inició a la 1:25 p.m. con el cantautor bogotano Andrés Correa, cuya carrera empezó desde el 2003 y que pudo celebrar 20 años de entrega, música y romanticismo en este lado de la cordillera. Con ocho músicos en el escenario, nos llevó a un viaje de dicha que era el abrebocas de lo que sucedería en las próximas doce horas.

Después fue el turno de Lalo Cortés y los capitalinos y extranjeros demostraron que ‘no saben querer poquito’ y ‘no dejaron que se apagara’ la llama que nos mantiene vivos. A la par, La Severa Matacera se apropiaba de la tarima principal con ska y reggae, una banda verdaderamente icónica de la capital que lleva en la escena un cuarto siglo, haciendo tal como ellos dicen, todo con pura energía positiva.

Siendo las 3:55 p.m., el sol brillaba con fuerza para recibir a la reina de la música cubana y de ese género tan especial que llamamos jazz que trae tanta nostalgia en cada acorde: Omara Portuondo y la Orquesta Failde.

‘La novia del feeling’, a sus 93 años, nos confirmó que es una leyenda viviente que no merece más que respeto y admiración, pues puso a bailar a todos los que la vieron entregarse completamente a su oficio. Inclusive tuvieron que apagarles los micrófonos a todos los que la acompañaban en el escenario, ya que acabaron cinco minutos después de lo estipulado.

‘El Príncipe de Chapinero’ no decepcionó a quienes lo esperaban en el Cocuy. Duplat contó con la presencia de otros dos grandes de la música: Juan Pablo Vega para cantar ‘Mosaico Pirata’ y Manuel Medrano para entonar ‘Intensos’. Este joven, como todo un rockstar, nadó entre el público, firmando así un pacto con sus fieles y entregados seguidores.

La Maldita Vecindad, banda mexicana que amalgama el punk, reggae, ska y más emocionó a todos los asistentes del Festival Cordillera con su ‘Pachuco’, ‘Kumbala’ y ’Don Palabras’.
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León Larregui, todavía recordado por muchos por haber sido el vocalista de Zoé, se tomó este encuentro y ‘brilló’ como pocos logran hacerlo. Sus visuales psicodélicos fueron el complemento para su show, donde dio el cierre a su gira, le cantó a los enamorados e incluso recibió flores del público. Sin duda el mejor acompañante para ver caer el día y recibir la noche.

A las 6:00 p.m. la banda considerada para varios como la más rebelde de Latinoamérica, inició su intenso espectáculo: Molotov dejó la vara bastante alta por sus 25 años de carrera. Tal vez uno de los momentos más curiosos de su presentación fue la presencia de Juanpis González anunció que en junio de 2025 tendrían su propio show en el Movistar Arena de la capital.

Fonseca se ganó un respeto masivo con su espectáculo, pues realizó un recorrido magistral de su carrera e interpretó sus mejores éxitos, esos que nos conectan con lo más profundo y sensible de cada uno, y que inclusive han sido refugio en varias ocasiones. El cantautor bogotano no podía contener su felicidad de estar en el Festival Cordillera y fue evidente la preparación, esfuerzo y dedicación para este show.

Juan Fernando Fonseca Carrera trajo su universo Tropicalia, recorrió el escenario de lado a lado y no dejó de agradecer a los organizadores Páramo Presenta, a sus músicos y al público, además, destacó la magia de su ciudad natal. Este grande dio cátedra de lo que es la pasión por el arte al ritmo de ‘Arroyito’, ‘Eres mi sueño’, ‘En vivo y en directo’, ‘Vine a Buscarte’, ‘Simples Corazones’ y más. Uno de los momentos más especiales fue cuando realizó una versión especial de ‘Ven’ en compañía de un gran coro, y el cierre fue con nada más y nada menos que ‘Te Mando Flores’.

Mateo Palacios Corazzina, más conocido como Trueno pasará a la historia gracias a su espectáculo, pues ‘la rompió’, como muchos de sus fanáticos decían. Con tan solo 22 años encendió la fiesta y no importaba nada más que bailar, dejarse llevar y sentir el ritmo recorrer la sangre. Por supuesto, la mayoría se emocionó cuando cantó ‘Real Gangsta Love’, ‘Tranky Funky’, ‘Mamichula’ y ‘Solo Por Vos’.

Los Fabulosos Cadillacs fueron el reemplazo de Fito Páez debido al accidente que sufrió el argentino y que le imposibilitó presentarse en el Festival Cordillera. Reunieron a miles de personas e hicieron lo que mejor saben hacer. Estos grandes repitieron, no defraudaron y por supuesto, hicieron que los corazones estallaran al ritmo de ‘Matador’, ‘Vasos Vacíos’, ‘Mal Bicho’, ‘Siguiendo la Luna’ y más.

El final estuvo a cargo de Rels B en Aconcagua y se ganó el título de showman por su entrega y energía. El español no defraudó y sin importar el frío o el cansancio, cada persona del público se gozó su espectáculo de inicio a fin con ‘A Mí’, ‘La Última Canción’ , ‘La Vida Sin Ti’, ‘Cómo dormiste’ y ‘Se Me Olvidó’.

En resumen, en esta tercera edición del Festival Cordillera se entonaron clásicos de la música en nuestra lengua, pero también brillaron voces nuevas y propuestas revelación de la música latina; aunque no podemos negar que uno de los sentimientos más agridulces que existen en un concierto o en un festival de la talla de este, es cuando te das cuenta de lo mucho que vas a extrañar un momento mientras aún estás viviéndolo. En los ojos de cada persona era evidente la emoción de cumplir sueños, de resignificar canciones y crear nuevos recuerdos. Larga vida al Festival Cordillera por ser gestores de otros dos días de amor, unión, pasión, música, baile y goce total.