You wanted the best, you got the best: The hottest band in the Word: KISS ! Así iniciaron las dos horas más sublimes, surreales e increíbles para los fanáticos de la veterana agrupación que se presentó por última vez en el país en el marco de su gira 'End of The Road Tour'.
Una frase que todo seguidor de KISS anhela escuchar al menos una vez en su vida, una frase que hizo que el corazón latiera más rápido, que la respiración se entrecortara y se ensanchara el alma hasta poder entregar los gritos más potentes impulsados por la emoción y adrenalina que recorre el cuerpo, pues una de las bandas más grandes de la historia del rock y de la música saldría a escena en unos segundos.
Un evento único, mágico e irrepetible en la vida de los fanáticos acérrimos y apasionados de “la banda más caliente del mundo” que logró mover las fibras y hacer vibrar hasta el cansancio las cuerdas vocales a su máximo nivel por la presencia en tarima de Paul Stanley, Gene Simmons, Eric Singer y Tommy Thayer.
El mágico encuentro empezó desde muy temprano cuando miles de personas, muchas con la cara pintada de sus ídolos, en su mayoría de Gene Simmons y Paul Stanley, llegaron al Movistar Arena para hacer la fila y lograr la mejor ubicación posible; pues ni la lluvia ni el frío lograron detener al Kiss Army y a los demás asistentes. Nada logró que los ánimos bajaran y que el regocijo se esfumara ante un evento tan épico; por el contrario, demostró la fidelidad y fiebre que genera KISS.
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Al momento de la apertura de puertas a las 5:00 p.m., se dio la locura total para quienes tenían su boleto en la localidad de platea, ya que corrieron para poder estar en primera fila y esperar durante varias horas para finalmente cantar himnos que han marcado generaciones por casi 50 años y ver de cerca a las grandes estrellas.
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El momento más esperado se acercaba y cuando el reloj marcó las 8:30 p.m salió a escena la banda encargada de subir los ánimos y abrir el show: Krönös , una de las agrupaciones colombianas más representativas del hard rock nacional y que lleva más de tres décadas en la escena.
La banda caleña liderada por el vocalista Jorge Fresquet y el guitarrista David Corkidi, presentó un repertorio que fue preparando a los colombianos para lo que se venía y les hizo merecedores de ovaciones en varios momentos donde el público los acompañó cantando con todas sus fuerzas temas como ‘Fuego en mis venas’, ‘Igual que ayer’, ‘Tierra Viva’ y ‘Solo quiero Rock and Roll’.
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“Con el cariño intacto por ustedes y con más de 37 años tocando por toda Colombia y con el amor igual que ayer”, fue una de las frases que más estremeció y que sin duda alguna creó el ambiente perfecto para el recibir al acto principal.
Después de su despedida con una larga y gran ovación por parte del público, la banda se retiró dejando todo listo para que el staff de KISS organizara el escenario y dejara el telón con el gran nombre color plata intenso iluminado por luces rojas y azules, momento que demostró el nivel de emoción de cada persona que gritó y se tomó foto para así iniciar su galería de la tercera visita de los estadounidenses al país.
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7 de mayo de 2022, una fecha imposible de olvidar
Siendo las 9:50 p.m. llegó el momento que todos estaban esperando desde que la banda estuvo por última vez en el 2015 en el Parque Simón Bolívar y también desde que anunciaron su regreso al país con su última gira mundial ‘End Of The Road Tour', que fue aplazada por la pandemia del covid -19
Frenesí total: La adrenalina aumenta y recorre el cuerpo y la sangre, los latidos del corazón se aceleran, la respiración se entrecorta, las cuerdas vocales vibran con más fuerza que nunca y brillan los ojos de cada persona expectante que tiene listo su celular para registrar el momento en que la grabación de Jr Smailing, el primer manager de KISS, llena el Movistar Arena con la icónica frase que estremece corazones inmediatamente: “You wanted the best, you got the best, the hottest band in the world: KISS!”.
Cae el enorme telón, el recinto estalla a gritos e inician las dos mejores horas para los fieles seguidores de “Starchild”, “Demon”, “Spaceman” y “Catman”. Se escuchan los primeros acordes del gran himno ‘Detroit Rock City’, perteneciente al álbum ‘Destroyer’ de 1976 e inicia una explosión de luces y pirotecnia que adorna el descenso de las tres plataformas donde se encuentran el vocalista Paul Stanley, el bajista Gene Simmons y el guitarrista Tommy Thayer con sus icónicos, extravagantes y legendarios atuendos. Eric Singer ya se encontraba ubicado en su batería. Todos listos para iniciar la fiesta en “Bogotá Rock City” y dar el último concierto de su paso por continente suramericano.
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Inmediatamente después de finalizar esta canción y presenciar el anhelado instante en que los tres artistas realizan el mismo movimiento con su instrumento musical, Tommy Thayer interpretó el potente inicio otro de los grandes éxitos: ‘Shout it out loud’, siendo este un verdadero símil de lo que sucedía en este preciso instante dentro del Movistar Arena, gritos muy fuertes llenos de euforia y locura total.
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El efusivo saludo de Stanley fue genuinamente emocionante de su parte y le dedicó varias palabras al público hablando en español con una pronunciación digna de destacar. “Bogotá! This is the last night of our South American Tour” (Esta es la última noche/presentación de nuestro tour en Sur América), haciendo referencia, en seguida, a su pronunciación en el idioma y todo lo que tenían preparado para la noche. “No hablo español muy bien, pero comprendo tu sentimiento, y mi corazón es tuyo”.
El evento, organizado gracias a Move Concerts, prosiguió con una verdadera joya de la banda, ‘Deuce’, interpretado en su mayoría por Gene Simmons e incluido en su álbum debut homónimo de 1974, que contó de nuevo con la coreografía de las tres leyendas.
En el momento de interpretar ‘War Machine’ los músicos variaron sus posiciones y Stanley se ubicó en el costado izquerdo del escenario y luego regresó para interpretar ‘Heaven's On Fire’, quinto tema de la noche con ayuda de los incesantes gritos que aumentaban a cada minuto, donde además destacaron los gestos sugestivos y atractivos del vocalista Stanley que generaban un notorio incremento de emoción en sus fans.
Tras dirigirse nuevamente a público, se empezaron a entonar los potentes, “Hey hey hey hey yeah” del tema ‘I Love it Loud’ estrenado en 1982 y donde Stanley cautivó a quienes estaban ubicados, especialmente, en las graderías del costado izquierdo con el reflejo de su personalidad, presencia escénica y pasos de baile tan característicos. “Este tipo es un loco”, fue una de las frases que más se escuchó entre los asistentes al verlo disfrutar como un joven que ofrece su primera presentación.
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Uno de los sucesos más legendarios y esperados fue cuando durante el mismo tema Gene Simmons realizó su icónico show de escupir fuego, y todos los celulares de quienes lo ovacionaban con toda la fuerza de sus pulmones, lo grababan asombrados e incrédulos de cumplir ese sueño.
Quiénes en algún momento decidían dirigir su mirada a las pantallas ubicadas a ambos costados del escenario y al respaldo de la banda gozaban de los constantes saludos, miradas y gestos de Stanley y Simmons, miembros originales de KISS que en ningún momento de su historia han abandonado la agrupación. También podían disfrutar de las imágenes de los primeros años y presentaciones del cuarteto neoyorquino, cuyos integrantes han variado; recuerdos realmente emotivos por ver lo que fueron en un comienzo y verlos en esta oportunidad conmemorando 49 años de una trayectoria llena de éxitos, giras, polémicas y locura total.
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Kiss demostró su ímpetu provocador como lo que son: verdaderas fieras del hard rock y del metal
Al finalizar ‘Cold Gin’, canción estrenada en 1974, Tommy Thayer se robó todas las miradas y suspiros de los espectadores que disfrutaron y aplaudieron su impecable solo de guitarra y gritaban de forma incesante su nombre como un gesto de profunda admiración.
Las constantes palabras de Paul Stanley, de 70 años, eran lo único que lograba que los gritos cesaran y que él pudiera provocarlos nuevamente según la ubicación del público de derecha a izquierda. Escucharlo mencionar la palabra “Bogotá” o “Bóguita” – por su pronunciación- tantas veces y con tanta energía y emotividad es algo que muy pocos podrán sacar de su baúl mental de los recuerdos más preciados.
El Movistar Arena se transformó en una burbuja mágica donde todo parecía un sueño detenido en el tiempo. Te sientes especial, te sientes cercano al gran musico, como si entendiera a la perfección lo que significa estar allí en el mismo recinto con él.
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Era el turno de cantar con todas las fuerzas “They call me Dr. Love (calling Dr. Love)I am your doctor of love (calling Dr. Love)” junto con “El Demonio” y luego entonar una canción con un sonido más orientado al glam metal cuya estética no incluye el maquillaje, como se refleja en su video de 1985: se trata de ‘Tears Are Falling’.
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El escenario volvió a llenarse de pirotecnia y dinámicas especiales de las luces con ‘Psycho Circus’, seguido del increíble solo de batería de Eric Singer, también conocido como the “Catman”, que enamoró a los colombianos con una interpretación perfecta y alucinante de más de 3 minutos de entrega total y demencial.
En realidad, no hay nada al azar en sus conciertos, y si lo hay, sale de maravilla y acorde con su teatralidad y estética de brillos, instrumentos decorados a la perfección, trajes de cuero, cadenas y armaduras, plataformas de varios centímetros, fuego, pirotecnia, luces de colores estrambóticos, humo, oscuridad y sonidos de ultratumba pero también de gozo e infinito regocijo del rock. Suceden tantas cosas al mismo tiempo en el escenario que es difícil decidir a cuál de los 4 grandes mirar, qué grabar, cuándo gritar, cuándo cantar, etc.
Para entregar un segmento que asombra, impacta y enloquece desde hace muchos años a los seguidores de los cuatro personajes, el escenario alcanzó un silencio abrazador con una capa espectral de humo, luz verde y rayos donde Gene Simmons, reconocido también por sus movimientos con su larga lengua, emocionó con un cruento momento y su bajo de hacha mientras realizaba una interpretación impecable de ‘God of Thunder’.
Su ascenso en una de las plataformas rodeada por humo contribuía al misticismo del momento; convirtiéndose así en un recuerdo inolvidable y de júbilo en la mente de cada integrante del Kiss Army que podía verlo en las nueve pantallas perfectamente sincronizadas que le daban un toque especial, pues en ellas aparecía Simmons con sangre goteando de su boca y todas apuntando hacia él en la plataforma central.
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“La primera vez que estuvimos aquí fue en 2009, y luego en 2015, y esta noche…siento que ustedes son mi familia, así que en una noche así, no quiero quedarme aquí, quiero ir allí”, fueron de las palabras que más gritos generaron en los espectadores, pues el gran Paul se refería a ir en tirolina a un escenario ubicado en la parte posterior de la localidad de platea, también conocido como B-Stage.
Un detalle memorable de inclusión del público para quienes se encuentran lejos de la tarima y también desean verlo de cerca durante dos canciones: ‘Love Gun’, así como uno de los himnos, clásicos y temas que marcaron un antes y un después tanto en la historia de la música, como en la vida de muchos presentes: ‘I Was Made for Lovin’ You’.
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Estremecedor y alucinante, fue como algunos fanáticos definieron poder ver al mismísimo Paul Stanley sobrevolar encima de ellos y poder sentirlo más cerca.
Eso sí, la única condición de “Starchild” para realizar dicho episodio tan inolvidable fue jugar con el público durante 2 minutos y pedirles que gritaran su nombre en el volumen más alto posible. Bogotá no lo defraudó.
A su regreso al escenario principal, la mítica banda con más de 20 álbumes de estudio interpretó ‘Black Diamond’ para luego entregar una conmovedora, hechizante e íntima versión en piano de Eric Singer en el tema ‘Beth’. El público iluminó el recinto con las linternas de su celular, creando una atmosfera única y nostálgica para quienes sienten una conexión especial con el tema.
Aunque la gente pidió ‘Forever’ hasta más no poder, el clásico no fue interpretado y ese podría catalogarse como el único hecho que desanimó a la audiencia, así como quienes tenían la esperanza de verlos tomar la bandera del país.
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El cierre de uno de los conciertos más épicos que se hayan presenciado en Bogotá se dio con ‘Do You Love Me’ y el himno ‘Rock and Roll All Nite’ donde el confeti blanco y rojo anunció que sería la última canción e hizo que la emoción llegara a su punto máximo. Los globos que decían KISS atravesaban el recinto de lado a lado mientras cada persona saltaba y desgarraba sus cuerdas vocales al ritmo de una de las mejores canciones de la historia de este género. La venia final aceleró nuevamente los corazones de los presentes que conservan la esperanza de verlos una vez más y que esta no haya sido en realidad su última gira.
No hay descripción que pueda ser suficiente y que le haga justicia al espectáculo que superó la excelencia y la perfección, que se robó miles de suspiros, lágrimas, aplausos, ovaciones y emociones intensas que llegaron al máximo nivel de emoción y confirmaron que, si algo nos llena el alma y nos hace sentir vivos es la música y el hecho de poder reunirnos en un mismo lugar con la misma intención y el mismo fervor por una banda o artista, en este caso los irrepetibles, místicos y legendarios miembros de KISS. Decir que superaron las expectativas es quedarse extremadamente cortos.
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Perplejos y afortunados, así es como muchos de los asistentes confesaron que se sintieron de haber asistido a la cita que tenía KISS con los colombianos, pues una presentación de ese nivel con tantas sorpresas no podría calificarse si no como un acontecimiento que marca la vida de cada persona, especialmente si tiene una conexión especial con la banda y con su música.
Hay una frase muy famosa: ”a los Kiss o los amas o los odias”, e independientemente de quién la haya dicho o que sea verdad o mentira, lo único cierto es que los cuatro integrantes de esta cautivante, y de nuevo, hechizante banda, entregaron uno de los mejores conciertos que se hayan presenciado en la fría capital de Colombia.
Llenaron el corazón de cada ‘rockero’ con sorpresas en cada segundo, frases inolvidables, energía desbordada, himnos de la música y simplemente la entrega de un espectáculo sin igual que quedará en el alma de sus fanáticos como la última vez que disfrutaron de ver en vivo a sus ídolos.