Luis Miguel Fuentes: el vallenato que nació en las aulas de la sociología

Un cantante de vallenato que le canta al amor y no al machismo

A 45 minutos de Valledupar se encuentra un pequeño municipio llamado Codazzi, el cual es conocido por ser la capital agroenergética de Colombia debido a su alta producción ganadera y agrícola, pero lo que muy pocos conocen de esta población, es que allí también surgen talentos que pueden llegar a ser orgullo del país, al poner en lo más alto nuestras mejores cualidades donde quiera que van.

Uno de esos casos es el de Luis Miguel Fuentes, un hombre que con el pasar de los años descubrió que su vocación estaba en servirle a la sociedad, estudiarla y comprenderla, para así brindarle lo mejor de sí con la intención de hacer de este mundo un mejor lugar.

Por eso, al crecer y tomar la decisión de expandir sus conocimientos, su fue a vivir a Medellín en donde se estableció para estudiar sociología, una carrera que, aunque no llegó a ejercerla en su totalidad, le brindó la posibilidad de tener un acercamiento más profundo a lo que quieren hacer las personas en su vida o lo que esperan encontrar en ella.

Entonces, se dio cuenta de que el amor es una pieza fundamental en el existir de las sociedades y que es un sentimiento capaz de mover masas, por esto unió sus vivencias de joven con la música de su región en donde, según recuerda, la gente canta, respira y vive vallenato. 

Sin embargo, la verdadera influencia de Fuentes es el romanticismo, movimiento que lo inspiró a componerle y cantarle al amor. Más allá de que, según él lo considera, el vallenato propio de sus raíces es “cien por ciento machista”.

Por eso, hoy en día este cantante le da gracias al hecho de haber vivido entre las montañas de la cordillera central de los Andes, zona del país que considera lugar propicio para la acogida del vallenato romántico, con el cual el hombre “llora y le pide perdón a la mujer cuando comete una falta”, a diferencia del auténtico que se inspira en las parrandas e infidelidades.

La transición de la sociología al vallenato

Dentro de su preparación como artista, Luis Miguel menciona que un día leyó unas palabras de Alejo Durán y Rafael Escalona, grandes referentes del género, referidas a que el vallenato nunca le llora a la mujer, pensamiento de sus colegas que lo dejó “sin palabras” y solo le generó una tímida sonrisa al momento de preguntarle qué opina al respecto.

Esa es una reacción que sin duda no puede pasar por alto viniendo de un estudiado de las sociedades humanas y de los fenómenos que ocurren en ella, un hombre que, además de haber construido una gran carrera como cantante, no se arrepiente de haber estudiado sociología y que abiertamente expresa que, de volver a nacer, la volvería a escoger.

Sin embargo, aún inmerso en su trayectoria musical, el artista no se desprende de lo aprendido en la academia, pues la sociología es algo que todos los días está practicando además de considerarla una combinación perfecta para el arte.

Cuando él se lanzó a la música, para dejar a un lado las aulas, sus familiares lo inquirieron sobre si quería pasar hambre, pero para él fue más importante lo que llevaba en su corazón, por lo tanto, se arriesgó y, aunque sí pasó hambre al comienzo, “gracias a Dios las cosas han marchado bien”, manifestó.

La importancia de ‘Los Gigantes del vallenato’ y la consolidación de su carrera.

El pasar necesidades en el inicio de su carrera artística tuvo un giro cuando, siendo adolescente, se conoció con quienes serían los integrantes de Los Gigantes del Vallenato, jóvenes que en ese tiempo rondaban entre los 16 y 17 años, pero de ideales claros para convertirse en grandes de la música vallenata. 

Con ellos desarrolló la lucha de hacer realidad su sueño, yendo de discoteca en discoteca y tocando las puertas de importantes casas disqueras aquel anhelo se convirtió en una realidad.

Aun así, cabe mencionar que la relación de Luis Miguel Fuentes con la música no siempre ha sido color de rosa, pues en un momento en el que la carrera no marchaba bien, el cargo de ser administrador de una importante plaza de mercado en Medellín lo tentó a dejar el camino musical.

Ahí fue cuando apareció su amigo Iván Calderón, director de la agrupación Los Gigantes, para decirle que lo recomendó a una casa disquera en Miami, la cual tenía la intención de promover vallenato romántico en Estados Unidos, por lo que Luis “cerró los ojos y se fue”.

Estando en el país norteamericano inició una nueva aventura, grabó y conformó un grupo que se dio a conocer bajo el nombre de Luis Miguel Fuentes y Su Grupo Élite.

¿Por qué seguir con el romanticismo y no caer en la ‘nueva ola’?

Fuentes, a diferencia de otros artistas del género vallenato, ha mantenido su esencia en ese estilo romántico al que él llama “valanato”, pero los cambios en ritmo que ha tenido el género lo llevaron a incursionar con propuestas diferentes, por eso recientemente grabó una canción con Rolando Ochoa en la que habla de cosas triviales y temas de dinero.

Sin embargo, uno de sus deseos y retos es ‘pegar’ su música romántica en Valledupar y conseguir que la acepten como lo han hecho en el interior del país, en donde, según Luis menciona, “la lloran e idolatran”, algo muy diferente a lo que pasa en la costa Caribe que no le ha dado la misma aceptación.

Pese a eso, el vallenato romántico de Luis Miguel Fuentes aún perdura.

Por: Kelvis Edgardo Escorcia Morales - Periodista

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