De Jorge Velosa a los Corraleros de Majagual y de Soda Stereo a Ricardo Arjona es la abierta propuesta de San Miguelito, una banda de fusión carranga que mezcla sonidos de música parranda, música colombiana, rock y pop y los convierte en una orquesta tropical.
Efra, Edwin y Fercho Albarracín le dan vida a este proyecto que nació en Tunja en el año 2006 con el fin de transmitir un mensaje de alegría y diversión para todos los públicos. San Miguelito nace en honor al arcángel San Miguel, santo de mucha devoción en tierras boyacenses.
"Asumimos una posición beligerante y proponemos una guerra frente a la cultura nacional no con espadas como el arcángel San Miguel sino con requinto, tiple y guacharaca", comenta la agrupación.
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Con su parranda tropical, evolución de la música tradicional carranguera, San Miguelito incorpora batería, bajo y guitarras eléctricas fusionado con el sonido original de la carranga y la parranda para tener un sello personal que siempre genere recordación entre quienes escuchan su propuesta.
Estos hermanos boyacenses han hecho de la música carranguera un estilo de vida que llevan con orgullo a cualquier rincón del mundo transmitiendo mensajes de alegría y positivismo a través de sus canciones.
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"La carranga es un estilo de vida porque al querer hacer el bien por el medio de la música humanizamos a través de ella", agregan.
Una de las más fuertes batallas que el grupo ha tenido que afrontar para salir adelante como proyecto ha sido hacerle entender a los puristas del género que fusionar la música carranguera con el pop y la música tropical no es sinónimo de perder las raíces.
"Género que no se entremezcle está condenado a desaparecer. Por eso, nos rehusamos y no concebimos que este género tan bonito no exista", enfatiza la agrupación.
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La gran reflexión que San Miguelito propone es hacer el bien por medio de la música invitando a artistas de todas las corrientes, y en especial de los sonidos tradicionales campesinos, a construir con la carranga, porque es un género regenerador más no degenerador.
"Somos los mismos mi hermano, aunque aquí carranga y allá un arpa del llano; aunque su abuela sea cumbia y la mía un tiple rasgado, porque su abuelo y el mío el mismo acordeón picaron y porque su patria y la mía Colombia linda la bautizaron", concluyen.
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