Con 26 años, ha representado al país en diferentes lugares como México, Cuba, Guatemala, Panamá, Perú y Argentina. Sus numerosos compromisos internacionales no le han permitido convivir con su hijo de 7 años, sacrificio que la lleva hasta las lágrimas, aunque sabe que está bajo el buen cuidado de sus padres.
Yeni se describe como una persona solitaria, poco sociable, pero dice que su mayor virtud es el compañerismo. Le molesta la gente creída e hipócrita, es muy religiosa, católica, sus mantras son: “El que actúa mal, le va mal” y “Las envidias traen mala suerte”.