Nuevamente, los participantes del Desafío The Box demostraron de qué están hechos y le recalcaron a los colombianos todas las implicaciones que traen consigo las pruebas en las que compiten.
El primer Desafío de Sentencia, Premio y Castigo fue una muestra de ello, pues la gran mayoría de Súper Humanos terminó con heridas, fuertes golpes y sangre.
El trayecto estaba compuesto por subidas lisas y en picada, por las que tenían que transportar un baúl con un peso de 70 kilos, que tenía dentro 14 cubos con los que debían armar una torre, luego de atravesar por el lodo y pasarlo por dentro de unos aros que estaban colgando.
A lo largo del camino, hubo varios choques con el baúl mientras lo estaban elevando por medio de los aros, sin embargo, los más fuertes se dieron al armar pequeños cubos.
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Durante la competencia fue posible detallar cómo las puntas de estos cubos golpearon en la cabeza, nuca y manos de los participantes, quienes no pudieron contener expresar su dolor.
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Porto fue una de las que tuvo uno de los choques más fuertes, pues uno de estos le cayó directamente en la cabeza y por eso se fue contra las piedras que estaban en la pista de al lado, por lo que hiperventiló por un rato.
La preocupación de los equipos no estaba solo en armar su torre, sino también en la caída de los bloques de los rivales, pues no solo tumbaban su construcción sino que también los golpeaban. En una de esas situaciones, Ceta, del equipo Beta, se abrió la cabeza, por lo que Skirla, del equipo Gamma, reaccionó de inmediato y le puso su pañoleta para ayudarlo a frenar la sangre.
"Desde que recibí el golpe no me pude concentrar por el dolor", confesó el llanero. A su vez, al finalizar la prueba, le agradeció a Skirla, "siempre ha sido una persona atenta, es una excelente persona".
Valkyria fue otra de las damnificadas, pues cuando estaban intentando elevar su torre, uno de los bloques le cayó fuertemente en sus dedos, por lo que en medio del dolor sintió como si este se le hubiese roto, ya que lo tenía lleno de sangre.
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Sus compañeros, además, dijeron que ella quería llorar, puesto que tenía los ojos aguados. Tras todas estas situaciones, Maleja reveló que tenía una gran migraña, lo cual complicó su labor. “Yo me empinaba y sentía que se me iba a quebrar la espalda”, añadió.
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