Carlos Vargas y el revelador momento que le permitió mejorar su relación con su padre

Carlos Vargas se convirtió en presentador La Red en 2011 y desde entonces la fama tocó a su puerta y se dio a conocer como uno de los periodistas que más llama la atención en el mundo del entretenimiento por su personalidad extrovertida y carisma; sin embargo, no todo en su vida ha sido color de rosa y por esto abre su corazón en el primer capítulo de Dulce o Amargo.Durante esta entrevista, revela que en el pasado sintió curiosidad por conocer más sobre las sustancias psicoactivas que existen y todo el misticismo que existe alrededor de las mismas, en especial del yagé y las que tienen elación con aspectos ancestrales, espirituales e inclusive medicinales.Mira también: Capítulo 1 Dulce o Amargo: Carlos Vargas, de La Red, se destapa: "he probado de todo"Este vallecaucano relata que, en su cumpleaños de 2022, viajó a Putumayo y pudo probar hongos provenientes de la selva; estos se los comió con un chocolate con agua de panela y se sentó a esperar los efectos.“Lo sentí desde la irrealidad y la observación. En el transcurso de la noche, a orillas de un río, empiezo a llorar y a experimentar culpa por momentos en los que uno ofende a los papás o a la hermana”, explica inicialmente sobre lo que experimentó.El comunicador social relata que vio a su padre en posición fetal, como un bebé rodeado de un espectro color naranja y amarillo; aunque para ese entonces no era claro el mensaje o la enseñanza que esto le dejaría.Posteriormente, “pude entender muchas cosas de las que yo venía sintiendo de culpa. También comprendí que él estaba pasando por un momento de renacer, pero pasaron seis meses y él falleció”.Te puede interesar: Carlos Vargas intentó conquistar a Iván Lalinde al mejor estilo de Pedro, el EscamosoLa sensación que le brindó haber probado aquellos hongos le dio un entendimiento más claro y lo iluminó sobre lo que podría implementar en adelante: “Por instinto empecé a sentir gratitud y a verlo con más cercanía y más amor. Haciéndolo sentir que yo soy grande gracias a él. Fue un trabajo muy grande porque cuando él murió, el dolor fue fuerte... Me sentía como cojo e incompleto”.