Incluso los artistas del Festival Internacional del Humor, conocidos por hacer que el público ría a carcajadas, han tenido sus propios sueños de infancia. La temporada navideña siempre nos trae la ilusión de recibir el regalo perfecto, ese anhelo infantil que guardamos en el corazón, a pesar de que a veces no se haga realidad.
Acompáñanos en un recorrido por los recuerdos del elenco mientras comparten los regalos que anhelaron, pero nunca tuvieron la oportunidad de recibir.
Te puede interesar: Sorpréndete esta Navidad con el Festival Internacional del Humor
.
Luis Otero , el ilusionista maestro, recuerda con cariño su deseo de tener los famosos bloques de Lego. Su sueño era construir un castillo gigante, uno de los más grandes de la colección, pero las limitaciones económicas de su familia lo hicieron inalcanzable.
Sin embargo, Luis Otero aprendió desde temprano que el verdadero valor de la Navidad no reside en los regalos materiales, sino en el amor y la unión familiar que se comparten en esa época del año.
Publicidad
Peter Albeiro , el comediante, anhelaba con todo su ser unos patines. Sin embargo, su padre, preocupado por su seguridad, siempre le decía que eran demasiado peligrosos y podrían causarle una lesión.
Como alternativa, le regalaron una bicicleta, una elección que resultó ser igual de emocionante para un niño. A veces, la vida nos sorprende con regalos diferentes a los que esperábamos, pero que, en retrospectiva, se vuelven igual de valiosos.
Te puede gustar: ¡Qué tal! Carlos Vargas se subió al escenario del Festival Internacional del humor
Publicidad
Polilla , otro de los queridos comediantes, soñaba con tener un carrito de bomberos. Navidad tras Navidad, anhelaba abrir un paquete que cumpliera ese deseo, pero el carrito nunca llegó. A pesar de ello, el espíritu de la Navidad y la alegría de compartir en familia llenaban su corazón de felicidad.
El ilusionista Daniel K nos transporta a su niñez, donde pedía un carrito a control remoto. Aunque ese regalo nunca llegó, el mago nos cuenta con cariño que su ausencia no le provocó tristeza. La verdadera riqueza de su infancia radica en el amor y la alegría compartida con su familia.
Joselo de Colombia culmina este viaje por los recuerdos con una historia conmovedora. Desde su más temprana infancia, soñaba con tener una bicicleta y pedía con fuerza a Dios que se cumpliera su deseo cada año. Sin embargo, era consciente de que los recursos de su familia eran limitados y que los regalos no podían ser lujosos.
No obstante, un día, se presentó la oportunidad de comprar la bicicleta que había anhelado durante tanto tiempo.Al percatarse de que su hermano pequeño compartía el mismo sueño, Joselo decidió renunciar a su propio deseo para unirse con su hermana y brindarle a su hermano el regalo que ambos habían deseado.
Publicidad
No te pierdas el Festival Internacional del Humor en las noches de Caracol televisión o en la Señal En Vivo
. Puedes revivir los capítulos aquí.