En un ejercicio que revela la profunda conexión entre la culinaria y el alma, Leonor Espinosa desvela sus sentimientos íntimos en relación con una variedad de elementos que forman la base de su cocina. Desde la belleza y el bienestar que siente al tocar el cacay, hasta la pasión que emana del cacao de mico. Esta experiencia culinaria se convierte en un viaje a través de los sentidos y las emociones.
Con una mirada enfocada y un corazón abierto, la chef Leonor Espinosa se embarca en una exploración única de compartir lo que siente cuando se encuentra frente a distintos alimentos, que son la esencia misma de su cocina. Empieza con el cacay, un elemento de sutileza y riqueza, despierta en ella una sensación de belleza y bienestar. Cada toque, cada aroma, parece llevarla a un lugar de armonía con la naturaleza que la rodea.
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No menos apasionante es el cacao de mico, un alimento que, con su firmeza, provoca en Leonor una oleada de pasión. A veces, entre risas, revela que también conlleva un toque de calentura, una intensidad que se refleja tanto en su sabor como en su impacto emocional. Sin embargo, es el trupillo el que empuja a la chef a enfrentar sus momentos más difíciles. Ligado a la tristeza y la desolación, este ingrediente evoca recuerdos de adversidades superadas y desafíos conquistados.
Pero, la gama de emociones no se detiene ahí. Yapurá, en toda su euforia, se convierte en el acompañante perfecto para momentos de alegría. La pulatana, en cambio, es sabiduría lo que florece. Los granos de esta fruta parecen contener siglos de tradición y conocimiento, evocando la conexión de Leonor con la historia y las raíces culturales de su tierra.
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Umurí, una fruta amazónica
de color rojo por fuera y amarillo por dentro, es un estallido de fuerza y sabor. En ella, la chef encuentra una fuente de alegría y vitalidad que se relaciona con la riqueza de la selva húmeda. Y en la chirimoya, descubre una frescura única, como si estuviera envuelta en la brisa fresca de un páramo. Pero, es el guáimaro, un árbol ancestral vinculado al cuidado del medio ambiente, el que capta la atención de Leonor. Para ella, este ingrediente simboliza sabiduría y la importancia de compartir y preservar.
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En un momento de complicidad con el público, Leonor Espinosa l
anza una pregunta desafiante: "¿Han probado estos ingredientes? Y si no lo han hecho, ¿qué esperan para sumergirse en estas emociones a través de la gastronomía?". La chef no solo comparte su arte culinario, sino también su corazón, invitando a todos a explorar los sabores y las emociones que la rodean en su cocina.