En sus fantasías animadas, el hermano mayor de las Calle se siente el paisa recursivo, negociante y echado para adelante, predestinado para conseguir mucho dinero porque en vez de signo zodiacal nació regido por el signo pesos.
Eso cree él, pero la realidad es que se trata del típico hermano calavera, experto en producir dolores de cabeza y dulcecito para meterse en problemas de los que las hermanas cantantes siempre tendrán que sacarlo. Joaquín la embarra una y otra vez, y una y otra vez se defiende diciendo que si se mete en las que se mete no es por bruto sino por de malas.
Joaquín es un transeúnte habitual de la cuerda floja. Cada día de su vida se levanta con la idea de hacer plata y para eso no tiene problema en bordear los límites de la legalidad.
Hablamos de ese paisa andariego que se va muy joven de su casa en busca de la diosa fortuna. Pueden pasar hasta años sin que la familia reciba noticias suyas, y cuando algunos lo dan hasta por muerto, regresa de repente a la casa, algunas veces para traer problemas y otras para agravar los que ya existen.
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