Al terminar su interpretación, Stéfany Zabaleta le confiesa a Maía que tiene un revuelto de emociones dado que esta canción es un verdadero reto para ella, algo que la tenía muy nerviosa y la hacía cuestionarse si iba a ser capaz de cumplir con el objetivo.
A su vez, acepta que la mente juega un papel fundamental dentro de la competencia y que esto estaba siendo una complicación para ella. Ante esto, Maía le afirma que lo que más le gusta de su presentación es que se recompone en medio de su canto, pues sabe que el comienzo es exigente con los graves.
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La mentora le dice que esto es algo totalmente normal, pues sabe que los nervios pueden sobrepasarse en la competencia, lo que no la deja ubicar bien la nota, para luego catalogarla como un ave fénix.
Marbelle hace su intervención para dejarle en claro a Stéfany Zabaleta que ella se ha encargado de demostrar de qué es capaz y los alcances que tiene con su voz, por lo que al conseguir cumplir con este reto hace que la mentora tenga más credibilidad en la participante.
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