Perro fiel de Nicolás Parreño. Lleva décadas trabajando como lacayo de Nicolás Parreño y eso le ha valido el estatus de capataz del Edén, encargado principalmente de adiestrar a los esclavos.
A través de su trabajo, canaliza su resentimiento con la vida y un montón de culpas y fervores religiosos que carga como una pesada cruz y no lo dejan vivir en paz.
Morales ve por los ojos de su amo y vive en función de complacerlo; cruzando cualquier frontera ética o legal para lograrlo.