Un esclavo de corazón noble y sincero. Herrero de oficio, estaba a punto de obtener su carta de libertad cuando Nicolás Parreño decidió vengarse de don Domingo, su amo y cambiar la historia de todos.
Desde ese día, Tomás se convirtió en el padre putativo de Victoria y huyó a un palenque con su hija Milagros y su amada esposa Lorenza.
A su familia le profesa un amor infinito capaz de superar cualquier adversidad.
Un hombre justo que de tantas frustraciones y sufrimientos aprendió a vivir la vida con calma y sabiduría.
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Los mejores años de su vida se la han pasado trabajando para su amo, sin embargo, no se queja, asume su suerte con entereza y por lo mismo, disfruta a rabiar lo pequeños sorbos de felicidad que le da la vida.