Gonzalo es un tipo de emociones precarias, básicas, que siendo víctima del maltrato que recibió en su casa, salió a vivir por sí mismo reproduciendo esa violencia de la que estuvo rodeado, sometido a hacer lo que la vida le pusiera a hacer sin cuestionamientos de ninguna clase. Esta incapacidad para reflexionar o elaborar racionalmente sobre sí mismo, hacen de Gonzalo un hombre intransigente, duro, incapaz de reconocer sus debilidades y de tener compasión. Todo esto define a Gonzalo como un mal padre.
Nunca afectuoso ni cariñoso, para él sus hijos son más un estorbo por quienes tiene que trabajar vendiendo lotería. Aunque se la pasa más en la tienda bebiendo cerveza con los compadres que vendiendo billetes, gastando lo poco que puede conseguir, sin importarle si en su casa hay o no algo para comer.
Gonzalo es todo lo que Lucho quiere evitar, es su ejemplo de cómo no ser padre, de cómo no ser esposo, y Lucho sufre cuando siente que en algo se está pareciendo a su padre, sobre todo cuando descubre su propio agrado por el licor.