Madre de tres hijos, Gloria, James y Hermes, es una mujer trabajadora y responsable, aunque algunos vecinos que la conocen dirán que lo que es, es muy amargada.
Su experiencia con los hombres le ha hecho creer que ninguno vale la pena y que es mejor estar sola que mal acompañada. Sin embargo, la soledad y la realidad de mantener sin ayuda a sus hijos, la sacuden con frecuencia y Rosalba sueña entonces con un hombre que la acompañe y la quiera.
Ella ha depositado en Gloria todas sus esperanzas de una vida mejor, la apoya en su deseo de estudiar, para que, al contrario de ella, sea alguien en la vida y a lo mejor pueda descansar de tanto trabajo y tener una vejez más tranquila.
Según Rosalba, las mujeres tienen que atender a los hombres y es obligación de Gloria hacerlo con ellos, y de paso, mantenerle la casa como una “tacita de té”, porque el plato de comida y el techo no son gratis.
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