Mientras Belky siente que todo en su mundo se está desbaratando a pedazos y que nada le sale bien, Manuel continúa con su vida en un nuevo trabajo en el que le está yendo muy bien y con la compañía fiel de Melissa.
Ella encuentra la forma de romper las barreras de Manuel y lo invita a una cita romántica mientras su mamá cuida a los niños. Primero, Melissa y Manuel van a una pista de patinaje y terminan divirtiéndose como nunca.
Luego lo lleva a bailar a un reconocido bar, pero Manuel no se siente muy seguro y su claustrofobia lo lleva a sentirse incómodo. Sin embargo, esto le sirve a Melissa para tener un momento a solas y decirle que le gusta, sellando esta confesión con un profundo beso.