Juliana ya sabía que en algún momento del día tenía que conocer a los padres de Víctor y ser presentada como la novia oficial. Sin embargo, nunca imaginó que sería en la plaza de mercado y con una invitación a desayunar.
Doña Gladys quiere conocerla un poco más, así que la invita a tomar caldo de pescuezo. Juliana hace todo lo posible por no tomárselo, aunque ese no termina siendo el problema. La mamá de Víctor le pregunta sobre su vida y se da cuenta que Juliana es una niña muy consentida.