La familia de Belky está dichosa por las grandes ganancias que han logrado gracias al nuevo negocio de las lavadoras, lo que les ha llevado a ahorrar un millón de pesos para usar en el nuevo bebé que viene en camino.
Sin embargo, la felicidad no les dura mucho por culpa de Don Chucho, que parece empeñado en quitarles cada peso que ganen y termina llevándose todo el dinero. Pero eso sí, Mireya no se queda callada y lo tilda de ladrón.