Luego de pagar los servicios, Víctor lleva a Juliana a su casa y eso se convierte en una excusa para revivir la pasión que hay entre ambos. Él sigue dispuesto a casarse con ella y tener una familia que herede su belleza.
Sin embargo, la noche debe terminar pronto por culpa del decano, quien llama a Juliana para que lo recoja en el club porque está muy borracho. Ellos acuden a su rescate, pero Montealegre termina confesando algo que arruinará su relación.