El pasado sábado el líder de la banda U2, Bono, visitó el restaurante Canter's Deli en el centro de Los Ángeles, donde pidió a una camarera que eligiese su comida por él. Tan gratamente sorprendido quedó el artista con el tradicional plato judío compuesto de carne de vaca, patatas fritas y anillos de cebolla que no dudó en dejarle una generosa propina de 150 dólares por un menú que le había costado 20, y que también llevaba incluido un postre de chocolate para paladares golosos, según informa la revista Billboard.
Bono disfrutó tanto de la comida que incluso se lo comentó al público que asistió a la tercera noche de las cinco que la banda actuó en el emblemático Forum de Los Ángeles.
Está claro que la comida juega un importante papel en la vida del cantante, pero seguro que no tanto como la música que, como recientemente contaba el propio cantante, le "ayudó a superar el dolor" por la muerte de su madre.
"Me di cuenta a los 14 años, cuando mi madre murió de repente a los pies de la tumba de su padre de que tenía un hueco en mi corazón. No lo sabía en ese momento, pero lo llené [el hueco] con música. Me convertí en artista durante su ausencia y a ella le debo eso. Creía que la rabia que tenía era parte del rock 'n' roll, pero era dolor", explicaba el artista al periódico The Sun.
Publicidad