Los cambios de peso y el abuso del autobronceador se han convertido en una constante durante los últimos años en la vida de Luis Miguel, lo que ha terminado por costarle la devoción incondicional de gran parte de sus seguidoras, pero no de la actriz Lucía Méndez -con quien mantuvo un fugaz romance en el verano de 2009-, que considera que los kilos de más de su expareja no le restan ningún atractivo.
"Está igual de atractivo que siempre. Es un gran cantante y esté gordo o delgado, sigue siendo Luis Miguel", aseguró Lucía a los medios de comunicación reunidos en la Plaza de las Estrellas de Ciudad de México durante un homenaje por su trabajo en la obra "Un encuentro Inesperado".
Al margen de las buenas palabras de su expareja, Luis Miguel se ha convertido en el blanco de duras críticas por su impactante cambio de aspecto, especialmente tras el ciclo de cuatro conciertos sucesivos que dio en septiembre en el legendario Caesars Palace de Las Vegas, en el que ofreció un aspecto muy desmejorado que preocupó inmensamente a sus fans.
"El cantante lució elegante con un traje, supongo que carísimo, pero sinceramente lo que menos se vio fue la ropa, porque está obeso, muy pasado de peso, se le notan muchísimo las arrugas, se ve abotagado, no se puede ni mover. Y con el bronceado ya se le pasó la mano", escribía en aquel momento el periodista Gustavo Infante en su artículo "¿Y Luis Miguel?" del periódico mexicano Excélsior.
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