Mariah Carey temía que James Packer se enojara al posponer su boda

Aunque ha pasado casi un mes desde que saliera a la luz que la cantante Mariah Carey y el empresario James Packer habían puesto punto y final a su relación sentimental, no ha sido hasta ahora cuando han empezado a emerger ciertos detalles de los que extraer algunas claves sobre el fin de su romance, como el miedo que habría sentido la artista ante la posibilidad de que su entonces pareja no recibiera con agrado la idea de aplazar una boda que nunca llegó a celebrarse. Ha sido la propia intérprete quien ha querido exponer públicamente ese capítulo tan delicado de su vida a través de su nueva serie documental 'Mariah's World' ('El Mundo de Mariah'), que se adentra en el ámbito más íntimo de la estadounidense y en el que se muestran claramente las dificultades que ha venido atravesando a la hora de compaginar su carrera musical con aquellos asuntos relativos al terreno amoroso. Ver: Sensuales fotos en la bañera enloquecen a los seguidores de Mariah Carey Durante la conversación que mantiene en este episodio con su agente, Stella Bulochnikov, la excéntrica vocalista pone claramente de manifiesto que se encontraba inmersa en un momento de gran estrés y tensión en los meses previos a su ruptura con el millonario australiano, una preocupación que ni siquiera se vio atenuada por los continuos intentos de su representante de reconfortarla recordándole el apoyo incondicional que siempre había recibido de su ya expareja. "Te quiere mucho y siempre te ha respaldado ante cualquier circunstancia", le dirige Stella en otro fragmento, antes de expresar, ya en privado, que se sentía profundamente "aliviada" de la decisión tomada por Mariah teniendo en cuenta que todavía no se habían cerrado los términos del acuerdo prematrimonial que ambos debían firmar antes de casarse. Poco después de que se confirmara la separación entre Mariah Carey y James Packer, se filtraron algunos aspectos del citado acuerdo prematrimonial que había estado negociando la ya expareja, que contenía cláusulas tales como que el empresario no tenía obligación alguna de adquirir prendas de gran valor para su futura esposa, ni para sus hijos Moroccan y Monroe (5), y que cualquier regalo que le hiciera cuyo importe superara los 250.000 dólares debía ir acompañado de una nota con la que se constatara que no podía ser revendido a riesgo de tener que serle devuelto. Por: Bang Showbiz