Aunque desde que contrajeron matrimonio en el año 2006 Nicole Kidman y Keith Urban se han presentado ante el mundo como uno de los matrimonios más sólidos y compenetrados del mundo, lo cierto es que ahora la oscarizada intérprete no ha dudado en confesar que, a diferencia de lo que ocurre ahora, en esos tiempos la pareja no albergaba un conocimiento exhaustivo de sus respectivas personalidades y que, por tanto, su decisión de unir sus vidas fue producto de una mera reacción instintiva.
"Sinceramente, en un principio existía una atracción muy fuerte entre nosotros y por eso nos comprometimos a los tres meses de conocernos. Y luego nos casamos muy rápido, pero la verdad es que en esos momentos no nos conocíamos demasiado. Empezamos a conocernos de verdad después de haber pasado por el altar", ha revelado la australiana a la revista Red.
Pese a reconocer que se embarcó en una aventura algo arriesgada al contraer matrimonio con el músico a partir de una simple corazonada, lo cierto es que al día de hoy la intérprete no podría estar más orgullosa del sinfín de satisfacciones que se desprenden de una decisión tan impulsiva, cuya fiabilidad atribuye fundamentalmente a la sabiduría que le aporta el paso del tiempo y sus experiencias del pasado.
"Creo que conocer a la que será tu pareja a una cierta edad es lo que marca la diferencia. Y además siempre he confiado en mis instintos. Desde el primer momento en que le vi, supe que había encontrado a la persona que me complementaba y que me haría sentir como en casa. Y a él le pasó exactamente lo mismo", ha explicado en la misma conversación, justo antes de reflexionar sobre los orígenes del verdadero amor. "Solo teníamos eso, sensaciones e impresiones vagas, pero esa ha sido la esencia de lo que hemos venido construyendo después", ha sentenciado.
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Por: Bang Showbiz
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