La periodista Sara Carbonero ha dedicado buena parte del último año a documentar en sus redes sociales los profundos cambios que, para su dinámica familiar, trajo consigo la llegada al mundo de su segundo hijo, Lucas, el 2 de junio de 2016. Sin embargo, a la espera de que le dedique ahora un esperado y sentido homenaje en su perfil de Instagram que incluya una foto actualizada de su pequeño, de momento la reportera ya ha compartido en la citada plataforma las sensaciones que le invaden ante su primera escapada a la costa como madre de dos retoños.
"Ahora mismo estamos en modo vacaciones. Descubriendo y respirando. Este año somos cuatro, la emoción aumenta y el equipaje también", escribió entusiasmada en su espacio personal junto a una imagen en la que aparecen sus pies en la arena de una playa que, por ahora, se niega a ubicar en el mapa.
Los últimos doce meses de Iker y Sara no han sido precisamente tranquilos o ajenos a las emociones fuertes, a pesar de que los dos enamorados afrontaban su segunda temporada en Oporto perfectamente asentados en la ciudad portuguesa e integrados en su día a día. De hecho, la propia reportera se ha sincerado en más de una ocasión sobre el sinfín de retos que se desprenden de la presencia de un nuevo miembro de la familia, ya sean las enfermedades propias de la temporada invernal o los inevitables celos de su hermano mayor.
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"Lo más complicado de estas primeras semanas con los dos peques en casa han sido los celos de Martín. Difíciles porque yo no estaba preparada para ello. Nadie me había contado que de un día para otro a mi hijo le cambiaría el carácter radicalmente. No me habían hablado de la tristeza. Martín estaba triste, hasta el punto de que me pedía irse a la cama temprano y se quedaba mirando al techo pensativo. Esa escena me rompía el corazón", escribía preocupada en su blog personal sobre una situación que, afortunadamente, se fue disipando con el paso del tiempo y acabó dando lugar a una estrecha relación entre sus dos retoños.
Tanto es así, que Sara aseguraba hace unos meses que la apacible vida que la familia al completo lleva en Oporto estaba siendo especialmente "enriquecedora" para sus niños, además de aportar a sus famosos padres la calma que necesitaban para poder compaginar sin distracciones sus compromisos profesionales con las responsabilidades asociadas a su doble paternidad.
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"Esta experiencia va a enriquecer a los peques y nos ha hecho ganar tranquilidad. Nuestro proyecto en común es más fácil allí, al tener menos distracciones, estamos como una piña. Es una etapa familiar preciosa", explicaba en uno de sus frecuentes viajes a España.