Durante su estadía en la casa de Badillo, la amada de Pedro de Heredia tiene la intención de dar a conocer todas las molestias y daños por los que ha pasado su pueblo y las acciones que ayudarían a reparar todo lo que los españoles han causado en este territorio.
Sin embargo, el hombre no puede dejar de pensar que estos son pedidos fuera de lugar, pues hacen referencia a los territorios, bienes y oro que han colonizado desde su llegada.
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Aunque este español tiene dudas sobre si su plan realmente va a funcionar, Gloria lo convence de que el pliego presentado por Catalina son tan solo migajas a comparación de un puesto en la gobernación, algo a lo que esta pareja está apuntando llegar de la mano de la mujer que tienen como huésped.
"Eres un hombre de apuestas, siempre lo has sido. La diferencia es que esta vez para ganar tienes que jugarlo todo, ¡TODO!", es la recomendación que Gloria le da a Badillo ante su incertidumbre.
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Es por ello que el español le asegura a la amada de Pedro de Heredia que está dispuesto a tener una cita con su cacique, argumentando que a pesar de que sus demandas son un tanto exageradas, piensa ceder y así evitar que Palomino tenga el poder en Santa Marta.
Sin dudarlo, la mujer lleva al indio a la oficina de este hombre para que puedan negociar, no obstante, al inicio tienen una pequeña discusión debido al valor de las tierras, pues el español considera que es muy alto, sin embargo, el cacique dice que desde muchos años atrás estas eran de sus ancestros y los colonizadores se las arrebataron.
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