“No se pierdan conocer el mundo por medio de las risas”: la invitación de Juan Diego Vanegas

La Vuelta al Mundo en 80 Risas está cerca de llegar a su fin. Durante varias semanas el programa ha divertido a millones de colombianos con las ocurrencias de los humoristas, los comentarios de los presentadores y las maravillas que han visitado.

Esta es la primera vez que Juan Diego Vanegas hace parte del programa y algunos esperan que no sea la última. El presentador ha recorrido varios lugares del mundo junto a Piroberta y juntos han sacado más de una risa a los televidentes.

Ahora, el también chef, ha respondido varias preguntas en exclusiva para Caracoltv.com. La primera de ellas es qué no le podría faltar en el momento de emprender un nuevo viaje, esos detalles que no podría dejar en casa antes de conocer un nuevo lugar.

El pasaporte, viajar ligero, llevar solo un par de camisetas, un jean que podría durar todo el viaje y elementos para el cuidado de la piel, en especial si el destino es soleado, jamás puede dejar el bloqueador, además de las ganas de conocer y de aprender sobre nuevas culturas.

Los amuletos que no le pueden faltar son su cadena con la Virgen de Guadalupe y la medalla de San Benito que le sirven como elementos de protección.

Juan Diego no tuvo problema en confesar que viajaría con cualquiera de sus compañeros de elenco, no obstante, si tuviera que elegir solo a uno seguiría yendo con Piroberta “es lo máximo, tiene un humor espectacular”, aunque dijo que “es demasiado coqueta”.

Finalmente, confesó dos anécdotas, la mejor y la peor que ha tenido durante uno de sus viajes.

La primera de ellas y que denomina como la mejor es que siempre había soñado con conocer Vietnam y Tailandia, por eso cree que lo manifestó y se convirtió en realidad “me encanta conocer un destino soñado por medio de mi trabajo y de la cocina”.

La peor sucedió hace varios años mientras estaba en Nueva York, cancelaron su vuelo de regreso a Colombia y él ya no tenía nada de dinero, durante tres días tuvo que mantenerse con ayuda de todas sus tarjetas de crédito y dinero que le envió su familia.

La historia no se detiene ahí, pues a los tres días volvió al aeropuerto y cancelaron su vuelo nuevamente, por lo que tuvo que quedarse un día más en las mismas condiciones. Todo esto lo recuerda con cariño pues ha resultado en grandes aprendizajes.