La Tati es una costeña divina, amante de lo fitness y siempre preocupada por su apariencia, por eso, su segundo hogar es el gimnasio. Su mamá, una exreina de belleza, le ha enseñado a mantener perfecta su silueta, convenciéndola de que una mujer solo es apreciada por cómo se ve. No quiere tener hijos por temor a perder su figura y, en el fondo, porque no siente instinto maternal alguno.
Su vida está basada en las apariencias y por eso, lo único perfecto en ella no solo debe ser su cuerpo, sino también su marido, su casa, su ropa. A pesar de ser una modelo hermosa y exitosa, en el fondo es una mujer insegura y eso la hace presa fácil de los engaños de Samuel, su esposo, a quien intentará mantener a su lado aún después de probar que él está lejos de ser el príncipe azul que creía. Pero esto cambiará cuando conozca a Dario Briceño, con quien descubrirá que también tiene un lado salvaje y que, de vez en cuando, no está mal soltarse el pelo y despelucarse sin importar qué piensan los demás.