Alejandra Borrero hace un viaje al pasado en Los Enredados para rememorar a ese primer personaje al que tuvo que darle vida y recalca que este fue un hombre, lo cual implicó un gran reto para ella y la llevó a enamorarse del teatro y esta carrera.
La actriz destaca que ha tenido una trayectoria muy amplia, con 46 producciones en televisión, y mientras que le pide a las nuevas generaciones que no trabajen tanto y que le dediquen tiempo a la familia y a hacer diversas actividades, revive cómo fueron sus inicios.
La primera obra de Alejandra Borrero fue 'El cornudo imaginario', cuyo autor fue Molière, en donde interpretó a Sganarelle: "pues era un colegio de viejas, todas éramos mujeres, entonces, tocaba que algunas hiciéramos los papeles de hombres".
Tras recalcar que esto era una práctica de antaño, pues cuando las mujeres no tenían permitido actuar los hombres realizaban estos papeles, la directora de la Casa E Borrero confiesa cómo realmente llegó a las tablas: "yo realmente escogí teatro para poder fumar detrás de la cortina del colegio y después ya me encantó".
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Alejandra Borrero fue "polizona"
Alejandra Borrero recuerda su juventud en Los Enredados, en donde confiesa que su madre sufrió mucho con ella porque era una mujer a la que le gustaba salir mucho y estar con sus amigos de fiesta o haciendo diversos planes, por lo que acepta que la echaron de su casa.
"Me iba de rumba, pero llegaba tardísimo, mi mamá no sabía qué hacer conmigo, entonces, llegó un día que me dijo: 'si no podés vivir con mis reglas, te tenés que ir de esta casa' y ella pensó que con eso me iba a asentar y lo que hizo fue todo lo contrario", menciona la actriz, quien revive este hecho entre risas.
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Al comentar cómo fue enfrentarse ante esa repentina independencia y sin un plan detrás, Alejandra Borrero hace énfasis en que: "no tenía a dónde irme o qué hacer, todos mis amigos me fueron recibiendo, entre esos Mayolo".
Sumado a esto, la actriz relata en Los Enredados que su mamá después de un tiempo la puso en un apartamento que se encontraba en la casa donde ella se crió y con eso la señora se sentía más tranquila, aunque confiesa que sacaba los alimentos de la casa de su madre cuando la visitaba.
A su vez, revela que durante esta época en la que se adaptaba a este nuevo estilo de vida y la independencia, especialmente en temas económicos, aprovechaba cuando la invitaban al festival de Cartagena porque le guardaban los baucheres de comida.
"No puedo decir esto, no debería: Dormía de polizonte en el hotel. Son de esas cosas que uno hace en la vida, en la juventud, yo realmente era una mujer muy arriesgada y gracias a Dios me fue bien en la vida y nunca me pasó nada", concluye Alejandra.