Existen varios mitos sobre la cercanía y lo saludable que puede ser la relación entre un animal doméstico, especialmente perros y gatos, y un niño, pues se considera, en general en los primeros años, esto puede ser riesgoso para un pequeño.
Sin embargo, todo esto parece estar lejos de la realidad. Un artículo publicado en My Animals , un portal español especializado en mascotas, reveló los beneficios que se tienen de la relación de un niño y un animal durante las etapas de crecimiento.
- Genera estimulación: Al ver al animal en movimiento, el niño estará pendiente de lo que haga, por lo que responderá a esto y tendrá un referente diferente a su padre o madre. A su vez, el animal sabe identificar que es una persona frágil, por lo que moderará su comportamiento a favor de un mejor desarrollo y protección del bebé.
- Promueve la responsabilidad: Ya que varios de estos animales son dados bajo la condición de cuidado por parte del niño, por lo que desde el primer momento se debe hacer entender que ellos hacen parte de la familia y que se les debe prestar la atención requerida. Es por ello que siempre se le debe recordar que es una responsabilidad de todos y no solo de los padres.
- Desarrollo emocional óptimo: Al crecer al lado de animales que llenan de amor y felicidad sin esperar nada a cambio hará que un pequeño desarrollará habilidades emocionales con mayor facilidad y esto le permitirá forjar valores que no solo enfocará hacia los animales, sino con las personas que lo rodean.
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