Muy seguramente has escuchado hablar de los gatos esfinge o sphynx, una especie de gato que se caracteriza por tener casi nada de pelo, una cabeza demasiado pequeña para su cuerpo y unas enormes orejas que llaman la atención de cualquier persona. Contrario a lo que muchos pueden pensar, estas mascotas pueden llegar a ser muy cariñosas y juguetonas; por ese motivo, aquí encontrarás algunos mitos y verdades sobre estos animales.
Mito: no tienen pelo
Una de las creencias más populares, pero errónea, al toparse con un gato esfinge es que carece de pelo. Si bien es cierto que suelen tener algunas desventajas por la falta de este, ya que los protege de factores externos, no se puede afirmar que no tengan ni un solo rastro del mismo. Este tipo de gatos sí tienen pelo, solo que no son visibles al ojo humano y tampoco pueden ser percibidos por el tacto, ya que es demasiado fino y corto.
Verdad: su temperatura interna es superior
Al tener muy poca protección en su piel, estas mascotas suelen tener una temperatura interna más elevada que un gato convencional que les ayuda a que se mantengan a salvo en el ambiente en el que viven. No obstante, ellos se sentirán más cómodos en espacios tibios o calientes cuando llega la temporada invernal, de manera que deberás tener especial cuidado con su comportamiento durante esa estación del año.
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Mito: son hipoalérgicos
Otra idea falsa es pensar que por no tener suficiente pelo, se reduce la posibilidad de que los humanos presenten alergias; sin embargo, los pelos no son precisamente la fuente del problema, es la proteína de la piel que tiene contacto con los pelos lo que genera malestar en las personas, de manera que los gatos esfinge propagarán dichas sustancias a todos los elementos con los que tenga contacto directo.
Verdad: requieren de gran cuidado
La limpieza es un elemento fundamental para cualquier animal; sin embargo, este tipo de gatos requieren de un especial cuidado gracias a lo sensibles que pueden llegar a ser. Para ello, cerciórate de limpiar muy bien las orejas y los ojos, ya que estos últimos están expuestos al medio por no tener suficiente protección. También debes ser menticulosa cuando lo saques a dar un paseo, ya que los rayos del sol pueden afectarlos en mayor proporción.
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