Detectar una mala alimentación no es tan difícil como crees, en casa puedes identificar este problema y actuar a tiempo para que evitar que las afecciones de tu mascota empeoren con el tiempo. Lo primero que debes tener en cuenta es la apariencia del animal si sus costillas o su columna vertebral se pueden observar y palpar con facilidad, podría estar recibiendo muy pocos nutrientes. Si por el contrario se requiere esfuerzo para encontrar sus costillas y su estómago es prominente, ten cuidado, pues son signos de obesidad.
El estado del pelaje es otro factor a tener en cuenta, ya que siempre debe estar reluciente y su piel sana, es decir, libre de caspa o irritaciones. Cuando las mascotas no llevan una dieta acorde a sus necesidades, su sistema inmunológico se ve afectado y esto los hace más vulnerables ante las enfermedades. Otras señales de alerta que suelen presentarse son el mal aliento y las secreciones en los ojos, si identificas alguna de las condiciones señaladas anteriormente, no dudes en acudir a un médico veterinario.
Si quieres garantizarle a tu mascota una vida plena, enfócate en la salud preventiva. Asegúrate de llevarlo con regularidad a un centro de veterinaria para que sea valorado por un profesional, sé muy puntual con la aplicación de las vacunas y claro, con la desparasitación. La actividad física es un aspecto que no puedes omitir, al incluir en tu vida un animal adoptaste una gran responsabilidad, pues al igual que tú, el necesita espacios de recreación, ya que al permanecer encerrado durante mucho tiempo puede padecer estrés y quemará su energía destruyendo cosas en casa, cuestión que seguramente querrás evitar.
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