Brayan es un hombre perezoso a quien le toca trabajar para poder vivir. Además, considera que la vida que tiene no es la que se merece. Quiere vivir la vida loca, pero no tiene con qué. Mientras come lentejas sueña con manjares que los ricos pasan con champaña y no con agua de panela como le toca a él. Es tan rápido para contar chistes como para hacerse despedir de los puestos humildes que sus amigos le ayudan a conseguir. Le encanta el vallenato, y se cree cantante como Carlos Vives. Entra a trabajar a Mundo Express en la bodega cargando pesadas cajas.
Allí, cada día ve a su amor platónico, la modelo Fernanda Sanmiguel. Ella está hecha para Brayan, pero ella todavía no se ha dado cuenta de eso. Brayan desprecia lo que con esfuerzo le han dado y sueña con el día en que se gane la lotería para tratar de tú a tú a Andrés Ferreira y para darle una lección a este hombre que se cree de la alta sociedad. Brayan está seguro de que, si tuviera dinero, jamás sería tan mala clase como Andrés.