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El valor de un padre: la valentía de Pablo frente a la adversidad

Pablo, un padre ejemplar que a pesar de los desafíos muestra con su valentía y amor inquebrantable el verdadero significado de la paternidad.

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El amor de un padre lo puede todo: Pablo Emilio, un ingeniero de sistemas de 58 años apasionado por la guitarra y la lectura, demuestra que el amor paterno es un motor que impulsa incluso en los momentos más desafiantes.

Con su hijo mayor, Sebastian de 28 años y su hija Natalia de 20 años, forman un solido núcleo familiar junto a su esposa. Pero su amor se extiende más allá de su hogar, incluyendo a sus padres y hasta sus mascotas.

Sin embargo, la vida le presentó a Pablo, lo que llama hasta ahora su mayor desafío, un tumor endocrino de páncreas grado dos con metástasis en el hígado.

"Pregunté al medico la primera vez que me senté con ellos ¿Es bueno y dígame hasta cuándo voy a estar vivo? Y pues ahí empiezan una serie de reflexiones al respecto, porque nadie sabe cuándo nos vamos a morir. Entonces la respuesta muy acertada del lado de la doctora Deyanira fue: Hombre, si yo no sé ni cuándo me voy a morir yo, no sé cuándo se va a morir usted" aseguró.

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En ese momento Pablo se encontraba frente a una encrucijada: rendirse ante la enfermedad o enfrentarla con valentía y determinación.

"Contárselo a mi familia fue un dolor muy grande, la primera en enterarse fue mi esposa, Lina. A ella fue a la que llamé, yo estaba parado y me senté a ver los exámenes y quede en shock, no podía entender lo que estaba pasando" agregó.

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Durante ese difícil proceso, Pablo decidió tomar medidas para cuidar tanto de su salud como de su bienestar emocional. Encontró en el amor por su familia y en su pasión por la vida la motivación necesaria para seguir adelante.

"Empecé a trabajar medio tiempo, el otro medio tiempo lo dedico a mí, actividades que me gustan con la familia, estoy aprendiendo yoga" afirmó.

Sin embargo, durante esos momentos de incertidumbre y grandes retos Compensar fue un sólido respaldo en su lucha contra la enfermedad.

"El acompañamiento ha sido clave, importante y oportuno, en el tratamiento en lo que es la aplicación del medicamento mensual. En este momento lo estoy recibiendo en Clínica los Cobos. Cada 3 meses, previo a eso me llaman. En el tema con el endocrinólogo, porque pues, a raíz de la cirugía, cuándo me extirparon parte del páncreas, el azúcar se elevó, era prediabético, ahora soy diabético, pero tengo controles" concluyó.

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Como padre, Pablo es un ejemplo de amor incondicional y fortaleza para sus hijos y todos los que lo rodean. Recordando que incluso en los momentos más difíciles, el amor y el apoyo de la familia pueden ser la fuerza que nos impulsa a seguir adelante.

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