
Renacimiento y liderazgo a través del deporte: la historia de Leila Gómez en Soacha
Leila es madre de seis hijos y una bogotana de espíritu inquieto; su historia es una muestra de cómo la pasión y la voluntad pueden cambiar el curso de una vida.

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Leila Victoria Gómez ha encontrado en el deporte y la resiliencia una herramienta poderosa para transformar su vida. Tras perder su hogar en Bogotá por problemas hipotecarios, vio en el megaproyecto de vivienda Hogares Soacha, de Compensar, una oportunidad para comenzar de nuevo.
"Para mí fue un renacimiento, encontrar algo nuevo, novedoso y muy lindo. Hoy me siento feliz de estar en Soacha", comparte Leila sobre este nuevo capítulo. Aunque los primeros días fueron desafiantes, pronto halló en el deporte un espacio de integración y crecimiento personal.
Desde niña, el deporte ha sido su refugio. La ciclovía y el patinaje marcaron sus inicios en la actividad física y, a sus 60 años, sigue inspirando a quienes la rodean. "Para mí, la edad es solo un número. No me define lo que dice mi cédula, y eso hace que la gente se sorprenda y diga: ‘Si ella lo hace, ¿por qué yo no?’", expresa con convicción.
Uno de los pasos clave en su adaptación fue unirse al Programa de Desarrollo Social Comunitario de Compensar. Allí, en los entrenamientos del conjunto residencial, conoció a su profesora Paola Cano, quien la impulsó a seguir adelante. Además de mantenerse activa, encontró en la comunidad un espacio donde compartir su pasión por el bienestar.
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Su liderazgo en el ámbito deportivo ha sido ampliamente reconocido a lo largo de los años. Gracias al programa, ha adquirido herramientas clave, incluido un diplomado en actividad física, que le ha permitido liderar clases y fomentar el bienestar en su comunidad. Uno de sus mayores logros ha sido la creación de los "rumberos", un grupo de adultos mayores que encuentran en la música y el movimiento una forma de mantenerse activos y disfrutar la vida.
"Leila es una líder deportiva, lleva un largo camino con nosotros y ha replicado todo lo aprendido en su comunidad", destaca Luisa Fernanda Ruiz, del Programa de Desarrollo Social Comunitario de Compensar. Su compromiso no solo transformó su vida, sino que también ha motivado a otros a convertirse en agentes de cambio.
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Más allá del ejercicio, lo que realmente la llena de orgullo es servir a los demás, compartiendo su amor por la salud física y mental. "Bienestar es lo que siento ahora: tranquilidad, paz y armonía entre cuerpo y mente. Lo encuentro cuando me capacito, ayudo y sirvo a los demás", afirma con humildad.
Con la mirada puesta en el futuro, tiene una meta clara: mantenerse independiente y en plenitud con el paso del tiempo. "He visto videos de personas de 80, 90 o incluso 100 años que siguen siendo autónomas, y esa es mi inspiración. Esa es mi meta", concluye con la misma determinación que la ha acompañado siempre.
Leila es la prueba de que la edad no es un límite, sino una oportunidad para seguir aprendiendo, creciendo y demostrando que el bienestar es posible en cualquier etapa de la vida.
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