Amazonas es uno de esos lugares que cambian la manera de ver la vida y la forma de hacer turismo, año a año, cada vez más visitantes se atreven a conocer las caudalosas aguas del Río Amazonas y la fabulosa riqueza ancestral y biodiversidad de la zona.
El imponente paisaje encanta desde el lugar en el que se mire, ya sea Colombia, Brasil o Perú, la región ofrece una incalculable belleza y un sinnúmero de experiencias diferentes. No te puedes ir sin conocer la selva, navegar el río y visitar una comunidad indígena, estos son los tres imprescindibles.
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Al llegar es inevitable conectarse con la naturaleza y de paso con algo mucho más allá de ella, no me atrevería a decir qué, pero seguro quienes se den la oportunidad de ir podrán entenderlo, “visitar el Amazonas es encontrarse con la realidad, la simplicidad y la riqueza interna de cada persona”, aseguró Octavio Benjumea, líder comunitario de la región.
El territorio es perfecto para hacer turismo con propósito, cuidar el medio ambiente, apreciar la historia de las comunidades, las anécdotas de origen, los mitos y leyendas locales, tener la oportunidad de compartir esta información con otros turistas es la meta.
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Hay tantas razones para visitar el Amazonas que es complicado enumerarlas, por eso intentaré mencionar lo que, para mí, hizo que este fuera un viaje completamente distinto, toma tu maleta y ten en cuenta lo siguiente:
¿Quién no ha anhelado quedarse en un hotel en medio de la selva? Aquí no hay despertadores, no son necesarios, los ruidos de los animales y el suave canto del río son un reflejo de la majestuosidad que todo el tiempo está presente.
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¿En qué otro lugar del mundo nos podemos dar el lujo de decir que veremos delfines rosados sin buscarlos horas y horas?, si somos afortunados, a tan solo metros de distancia, estos maravillosos animales estarán a la vista, la emoción que esto causa es indescriptible y lo que significó verlos también lo fue para mí.
Estar en la selva es ponerse a prueba, es llevar al límite lo que conocemos, estar abiertos a ver animales que jamás nos imaginamos y a sentirnos pequeños en la inmensidad del fabuloso verde y de uno de los territorios más fascinantes del mundo.
Bien lo dice Octavio Benjumea, “todo el que viaja al Amazonas debe llegar con el espíritu de descubrir y de cuidar el medio ambiente” y más porque en los últimos años “Colombia ha perdido el 30% de sus bosques de selva amazónica”, según comentó Mónica Forero, la Gerente de Asuntos Corporativos de On Vacation.
De la misma forma, hay un encanto único en vernos desde la raíz, conocer a las comunidades indígenas aprender de sus dialectos, costumbres y de la cálida forma en la que reciben a los turistas sin importar de dónde vienen, pues lo cierto es que nadie se va de allí sin aprender algo.
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Si todo esto aún no convence al lector, otro tema para no perderse es la gastronomía, frutas que no se dan en otros lugares del país me sorprendieron por completo al probarlas, copoazú, arazá, caimo, asaí son algunas de ellas y sin duda las comería una y otra vez.
“El Amazonas es único, todo habitante del mundo debe visitarlo, hay que sentirlo en el corazón, es como si llegáramos a otro mundo”, afirmó Octavio Benjumea. “La idea es que lo incluyan en sus planes de viaje, cualquiera debería querer venir, aprender y conocer la inmensidad”, confesó Mónica Forero, Gerente de Asuntos Corporativos de On Vacation.
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Lo cierto es que el Amazonas es maravilloso, es místico, es un territorio muy rico y que tiene grandes promesas para quienes llegan a él, en definitiva, nadie debería perderse la oportunidad de sorprenderse con la región y todo lo que ofrece.
Moêinchi significa gracias en la lengua indígena ticuna y no hay mejor elección de palabras que esta, después de vivir la grandeza del Amazonas, de maravillarme con todo lo que tiene para ofrecer y enamorarme de la experiencia solo me queda decir Moêinchi Amazonas, seguro volveré.
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